De la I Liga Élite habrá que seguir reflexionando, pero de lo que no hay duda es de que es necesaria y vital para el desarrollo sostenible de la pelota cubana.
Lo es porque cuando cala, como lo hizo, en jugadores curtidos, que llenaron sus pechos con los latidos de sus equipos, que sintieron que la adrenalina le corría por su cuerpo y fueron capaces de abrazarse con los contrarios, está claro que se vieron convocados, también, por un pueblo que no dejó de apoyarlos.
Es cierto que esa fue la imagen de la gran final entre Agricultores y Portuarios, y que debe ser la que prime en la temporada. Pero, justo por eso, este espacio es para los sentimientos de los verdes tuneros-granmenses y los azulejos capitalinos-mayabequenses.
«Fue una gran final, todos quisimos aportar, hubo momentos en que no salió el batazo bueno, otros en que la defensa flaqueó, pero vi a un equipo pelear como campeón, aunque finalizamos en el segundo lugar», dijo Dennis Laza, líder de Portuarios, tras fundirse en un abrazo con el capitán adversario Carlos Benítez.
A Yadiá