Fidel Castro preside el desfile por el Día Internacional de los Trabajadores en la Plaza de la Revolución José Martí, La Habana, 1ro de mayo de 1962. Foto: Osvaldo Salas / Fidel Soldado de las Ideas
Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto conmemorativo del primero de mayo, en la Plaza de la Revolución, el 1º de mayo de 1962.
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Visitantes que nos honran con su presencia;
Trabajadores:
Lo que ocurre el primero de mayo sirve para definir cuál es la política de un país. Allí donde los trabajadores están oprimidos, allí donde la clase obrera es víctima de la explotación más feroz, del Primero de Mayo no puede ni siquiera hablarse; dondequiera que el imperialismo, y los regímenes explotadores que lo apoyan, deciden en la política de cualquier país del mundo, los trabajadores no pueden siquiera reunirse el Primero de Mayo.
El Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, sirve, pues, para definir la política económica y social de cualquier país. En Argentina, por ejemplo, bajo la férula de los militares reaccionarios, hoy los trabajadores no pueden celebrar el Primero de Mayo; en Guatemala, víctima el pueblo de feroz tiranía, los trabajadores no pueden conmemorar el Primero de Mayo; en El Salvador, donde la oligarquía más reaccionaria gobierna, los trabajadores no pueden celebrar el Primero de Mayo; en Estados Unidos, donde los monopolios extraen a la clase obrera decenas de miles de millones de dólares todos los años, donde aparecen publicadas las listas de las fabulosas ganancias de cada una de las corporaciones —¿y de dónde salen esas ganancias sino del sudor y de la explotación de los obreros?—, en Estados Unidos ni siquiera se puede tomar el día primero de mayo como el día de los trabajadores.
Durante los siete años que vivió nuestro país bajo la tiranía de Batista, a los trabajadores no les era permitido salir a la calle; la clase obrera tenía que conmemorar ese día internacional en local cerrado, sin que se le permitiera ningún tipo de acto público.
¿Qué significa, pues, el júbilo y la concurrencia multitudinaria de la clase obrera un día como hoy, a un acto como este, en un desfile como el que acabamos de presenciar en nuestro país? Significa la gran realidad, la hermosa realidad, la realidad de que los trabajadores amanecen jubilosos con las primeras luces de la mañana; haciendo silbar las sirenas de todas las fábricas comienzan la conmemoración de este día de la clase obrera; y los trabajadores todos se movilizan, desde semanas atrás vienen movilizándose y preparándose, para hacer más hermoso y más lucido este día.
Eso quiere decir la realidad hermosa de que nuestro país es un país donde ha cesado la explotación imperialista, donde ha cesado la explotación capitalista, y donde tiene lugar una profunda revolución social (APLAUSOS); en que los trabajadores dejaron de ser la clase oprimida y la clase explotada, para ser la clase que rige los destinos de la nación cubana (APLAUSOS).
Mas esto se ve no solo por el hecho de que está en la calle la clase obrera, no solo por el hecho de que se congrega la clase obrera, sino que se congrega la clase obrera convertida en movimiento revolucionario, la clase obrera convertida en vanguardia de la patria, la clase obrera convertida en constructora de la patria nueva, la clase obrera convertida en Estado revolucionario, la clase obrera convertida en vanguardia de la patria, la clase obrera convertida en constructora de la patria nueva, la clase obrera convertida en defensora de la patria (APLAUSOS). Porque no se reúne simplemente el obrero como obrero, se reúne el obrero también como miliciano, se reúne el obrero también como soldado de la patria (APLAUSOS). Basta ver lo que es esta multitud para tener idea de lo que es una revolución.
¿Quiénes se reúnen aquí? ¿Quiénes se encuentran aquí presentes? (EXCLAMACIONES DE: “¡El pueblo!”) El pueblo, como responde el pueblo. ¿Y qué es ese pueblo? Un pueblo de trabajadores. ¿Quiénes se reúnen aquí? Los trabajadores (APLAUSOS). Pero no solo vemos trabajadores vestidos de trabajadores, no solo vemos trabajadores llevando sobre sus cabezas las gorras de los talleres, vemos infinidad de cabezas de trabajadores que llevan la boina miliciana (APLAUSOS) y, con la boina, el símbolo que acredita que forman parte de los batallones de milicia que defienden la Revolución (APLAUSOS); el símbolo que acredita haber pasado la instrucción militar, pero, sobre todo, el símbolo que acredita a las fuerzas que limpiaron de bandas contrarrevolucionarias las montañas del Escambray (APLAUSOS); el símbolo, más hermoso todavía, por haber proclamado con los rifles en alto —cuando fueron a enterrar a los compañeros caídos víctimas del criminal ataque—(APLAUSOS), los obreros, repito, que con los brazos en alto proclamaron el carácter socialista de nuestra Revolución (APLAUSOS); el símbolo, en fin, de los batallones proletarios que derrotaron a los mercenarios del imperialismo en los combates de Paya Girón (APLAUSOS).
Y entre el pueblo vemos trabajadores vistiendo el uniforme verde olivo, el uniforme de las divisiones, de los ejércitos y de las unidades permanentes de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias, el uniforme cuyo color llenaron de prestigio los soldados del Ejército Rebelde (APLAUSOS).
y entre el pueblo no solo vemos milicianos, vemos también milicianas (APLAUSOS); y no vemos solo a los combatientes de las distintas fuerzas permanentes, vemos también los batallones de la defensa popular (APLAUSOS), integrados por los obreros, integrados por los trabajadores, cuya presencia es indispensable en las industrias y centros donde trabajan, pero que...