Días y noches negros en Matanzas van llegando a su fin. El arribo de refuerzos de países amigos con gran experiencia en el combate de este tipo de incendio alivia y da un respiro para continuar. Se sabe.
El incendio en la Base de Supertanquero, de Matanzas, se llevó al primer héroe: Juan Carlos Santana Garrido, del Comando especial de protección contra incendios de la Refinería de Petróleo de Cienfuegos.
Como casi siempre sucede en este tipo de incendio, primero una explosión que alarma, atrae. El fuego siniestro enseña el rostro, pero no la última palabra.
Después de la primera, otra, y otra y otra, y muchas más, que hacen pensar en lo traicionero que se torna el incendio. Casi siempre es así.
Estremecía la imagen de la columna de humo empinándose hacia el cielo en constante pulseada contra quienes trataban de cortarle las alas a las lengüetas devastadoras. Las llamas, con ferocidad jamás vista, asustaron y preocuparon. ¿Hasta dónde llegarían?
Pero había fuerzas organizadas. Fuego contra fuego, sin descanso, por eso, no avanzó mucho más allá del perímetro de la Base de Supertanqueros.
También imagino la precisión milimétrica de cada piloto al «echar su poquito de agua» en el punto exacto donde más le duela al fuego, a las lengüetas que se retorcían y empinaban en franco desafío, como si el líquido no fuera más que un rocío a lomo de bestia cerrera.
Las explosiones del primer tanque, del segundo, del tercero…. muchos debieron escucharlas a kilómetros de distancia.
Ha sido difícil la porfía, en la que más que de todo, se habla de las toneladas de energía y co…raje de gente humilde que se resiste abandonar el lugar.
De Ciego de Ávila llegaron 54 toneladas de alimentos, fundamentalmente productos del agro que fueron distribuidos en los hospitales de la Atenas de Cuba, más otros útiles, incluidos 60 000 nasobucos, donados por el Consejo de Iglesias de la provincia avileña.
Desde el pasado cinco de agosto, las noches y los días de angustias pasan, y llegan donaciones de toda Cuba, porque Cuba está en Matanzas.
Otros rescatistas llegan para relevar a sus compañeros. Exponiéndose en el lugar del hecho: bomberos, personal de la Salud, técnicos, pilotos, especialistas en este tipo de siniestro, incluidos colaboradores de países hermanos y colegas que reportan la realidad brutal de algo que no es costumbre ver en Cuba.
Si alguien lee estás líneas, abrácenlos a todos y dígales que el incendio no durará más que la perseverancia de los cubanos.