La Habana, 24 ene (ACN) Discurso pronunciado por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en Buenos Aires, Argentina.
Estimado presidente Alberto Fernández:
Excelentísimos jefes de Estado y de Gobierno y otros jefes de delegación:
Queridos amigos latinoamericanos y caribeños:
Volver a Buenos Aires para esta cita de naciones, es motivo de alegría, más después de los días de euforia colectiva que desbordaron sus enormes avenidas por un triunfo que sentimos propio en Latinoamérica y el Caribe.
La alegría se completa y honra con la plena reincorporación de Brasil por decisión del querido Lula, a quien expresamos todo el respaldo y solidaridad ante los actos violentos y antidemocráticos que pretendieron generar caos e irrespetar la voluntad mayoritaria del pueblo brasileño, que lo eligió presidente.
Nos une y convoca la indispensable integración latinoamericana y caribeña, en este mecanismo diverso e inclusivo; sustentado en una profunda vocación de independencia.
En Washington, persiste el empeño de dividirnos, estigmatizarnos y subordinarnos a sus intereses, a casi 200 años de promulgarse la Doctrina Monroe. Así lo evidenció la excluyente cita hemisférica realizada en Los Ángeles, donde abusando de su poder de anfitrión y cerrando ojos y oídos al reclamo de la mayoría, excluyó, fracturó, ignoró.
El fracaso político de aquella reunión demostró el aislamiento de la estrategia de hegemonismo y dominación, frente al sentimiento de unidad y soberanía que comparten nuestras naciones.
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) January 24, 2023
Cuba viene reiterando en todas las reuniones internacionales la peligrosa escalada de acciones que buscan eternizar el hegemonismo imperialista atentando contra el multilateralismo y la paz.
La testaruda realidad será siempre más fuerte que cualquier intento de dividirnos, porque compartimos retos derivados de un orden internacional injusto, expoliador y antidemocrático, que impide superar los alarmantes niveles de pobreza, desempleo, inseguridad alimentaria y exclusión que caracterizan el panorama económico y social de la región, todavía la más desigual del planeta.
Apremia por eso cerrar filas y proyectar una visión estratégica hacia la integración económica, social y cultural, que nos permita avanzar hacia un desarrollo sostenible.
¿Qué nos impide complementarnos, estimular el comercio intrarregional y potenciar las inversiones en áreas de interés común?
Es perentorio encontrar soluciones justas al problema de la deuda externa; e imprescindible exigir el cese de las medidas coercitivas unilaterales y los bloq