Desde las redes sociales del Instituto Cubano de la Música, el Consejo Nacional de casas de Cultura, el Ministerio de Cultura, entre otras entidades, se desarrollan varias acciones promocionales para resaltar el valor de esta sonoridad, así como los principales portadores del género en la isla.
El nombramiento representa un paso en la conformación del expediente de candidatura para incluir dicha sonoridad en el inventario del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, cuyo expediente se confecciona de manera conjunta con México, en tanto marca el inicio de un plan de acciones para garantizar su prevalencia en la cultura cubana.
La condición de Patrimonio Cultural de la Nación constituye una de las acciones de salvaguardia más significativas de la escena creativa, ya que involucra tanto a portadores, como órganos y organismos de la Administración Central del Estado, mientras evoca las raíces y tradiciones del país.
Los registros históricos apuntan que la primera declaratoria de este tipo data del 19 de mayo de 2011, en la cual integró la selección el instrumento de cuerdas tres, mientras en los años siguientes se incluyeron la rumba, el repentismo, el son, las lecturas de tabaquería, el danzón y las parrandas de la región central.
De igual forma integran el Patrimonio cultural inmaterial de la nación el carnaval de Santiago de Cuba, las charangas de Bejucal, los saberes de los maestros roneros, el órgano oriental, el changüí, la cocina criolla, así como la fiesta de los bandos azul y rojo de Majagua.
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