El desabastecimiento, la escasez de medicamentos, las dificultades para completar dietas específicas, las tensiones en el transporte y otros conflictos agravados por el bloqueo complejizan las rutinas de las familias cubanas. Les agregan preocupaciones, ansiedades, les vuelven la vida más difícil. Otros dirán que es una excusa fácil, una exageración; que muchas de sus consecuencias son culpa del gobierno. Está diseñado para que pensemos así.