En el escenario de transformación digital, al que estamos llamado, urge cambiar las maneras de pensar y rediseñar los procesos de manera tal, que la industria nacional sea un actor activo en ese entorno digital y, con ello, lograr mayores avances en la transición a la Industria 4.0 (I4.0). Así lo expresó Ernesto Cedeño Rodríguez, viceministro de Industrias.
Se trata, aseguró, de un tema que debemos redireccionar y conducir de manera más eficiente, pues resulta vital para lograr mayor competitividad e inserción en el escenario internacional, y ser capaces de satisfacer las demandas del mercado interno. Los resultados alcanzados hasta la fecha son discretos y la mayoría de nuestras industrias no están especializadas por tipo de producción y servicios, corroborándose que resulta imprescindible la modernización tecnológica y una mayor automatización de los procesos, precisó.
Durante el diagnóstico realizado –presentado ayer miércoles en la XVIII convención y feria internacional Informática-2022–, pudo detectarse también la pérdida, por diversas causas, de la fuerza de trabajo calificada y con experiencia, los bajos niveles de productividad y la alta obsolescencia tecnológica.
A ello se unen problemas financieros existentes en el sistema empresarial, unidos a las complejidades de los procesos de importación y logística, lo que no permite lograr la satisfacción oportuna del mercado interno y compromisos para la exportación.
En un contexto internacional, donde la mayoría de los países adoptan estrategias para la modernización y establecen nuevos estándares para asegurar lo que han llamado la Internet Industrial, el mayor reto de las naciones subdesarrolladas, donde la industria es de bajo valor agregado y tienen limitaciones para las inversiones, es insertarse en este mercado con sus claves competitivas y los nuevos requerimientos de la I4.0 (cuarta revolución industrial).
En nuestro país, sostuvo, existe un marco legal que acompaña la política de desarrollo industrial y de automática y, por otra parte, la infraestructura de telecomunicaciones y el acceso a internet se han desplegado de manera importante, lo que nos abre posibilidades para avanzar en tales propósitos.
Al decir del vicetitular, actualmente se identifican más de 30 instituciones y grupos científicos cubanos activos en estas tecnologías, así como un conjunto de desarrollos que, desde la academia, el sector empresarial y formas de gestión no estatal, avanzan en cuestiones asociadas a la robótica, automática, vehículos no tripulados, impresoras en 3D, equipos médicos, soluciones de inteligencia artificial aplicada a la Medicina y la eficiencia energética, entre otros aspectos.
Sin embargo, aun cuando se reconoce la necesidad del cambio y hay una voluntad política, ello no resulta suficiente. Urge avanzar, en paralelo, en los temas de preparación y competencias profesionales, buscar fuentes de financiamiento y rediseñar los procesos, apuntó.
“Evaluar cómo diseñar este concepto en cada una de nuestras empresas, en dependencia de las condiciones específicas y prioridades que se establezcan, no es algo de un día ni de dos: es un proceso evolutivo, muy complejo y exigente, que requiere del concurso de todos”.
Resulta imprescindible realizar una adecuada preparación de los cuadros y funcionarios para enfrentar este cambio de mentalidad, lograr las adecuadas sinergias entre los diferentes actores, desarrollar una cultura sobre el tema, y avanzar desde la innovación y la transformación tecnológica.
El doctor en Ciencias Agustín Lage Dávila, un inmunólogo, médico y científico, hizo referencia a un grupo de acciones que forman parte del proyecto Nuevas tecnologías, industrialización avanzada e inserción internacional, que da respuesta a uno de los macroprogramas del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030.
Dicha estrategia, agregó, busca crear las capacidades para la asimilación creativa por la industria cubana de las nuevas tecnologías de la cuarta revolución industrial, dígase, por ejemplo: inteligencia artificial, internet de las cosas, Big data, impresión 3D y 4D, computación de la nube, y otros aspectos.
Subrayó la necesidad de no quedarse solo con la esfera digital pura, sino emprender acciones en el mundo real que conduzcan a esa transformación de la I4.0, y estimular el surgimiento de nuevas empresas de altas tecnologías, así como de mipymes tecnológicas, a partir de las sinergias entre el sector empresarial y el académico, y sus encadenamientos productivos.
Hoy el porcentaje de bienes y servicios de tecnologías de alta y media en las exportaciones es de apenas un 10%, y la meta para 2030 es de un 40%, en tanto, resulta igual de importante aumentar el espacio en el Producto Interno Bruto.
Por otra parte, hay que cortar varios nudos en pos de ese cambio, como la insuficiente dinámica en el proceso de creación de nuevas empresas de base tecnológica; la limitación de dispositivos de protección financiera; la gestión de mipymes estatales, que aún no logran operar en igualdad de condiciones; y la poca capacidad de inserción en el escenario internacional.
Crear la infraestructura necesaria
Para la transformación digital es imprescindible el despliegue de infraestructuras, que incluyen las redes de telecomunicaciones, un aspecto donde la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (Etecsa) trabaja para llegar a toda la Isla.
El ingeniero Adolfo Martínez Segura, vicepresidente de estrategia de negocios y tecnologías de Etecsa, comentó algunas tecnologías claves para la transformación digital, entre ellas, la infraestructuras de centros de datos, el despliegue de infraestructura para nuevos modelos de negocios, basados en internet de las cosas e Industria 4.0, sustituir centrales tecnológicas obsoletas y un crecimiento intensivo de la 4g.
De acuerdo con el directivo, la empresa trabaja intensamente para alcanzar los niveles de los operadores de la región, ampliando la cobertura y capacidad de su red LTE y, en este sentido, proyectos como el de la liberación de las bandas de 700 y 900 mhz, el núcleo virtual IMS y la voz sobre LTE están enfocados a garantizar la modernización de los servicios y transformar este escenario.
Precisó que en nuestro país “el acceso por fibra debe ser impulsado para garantizar un despliegue masivo y a prueba de futuro de la banda ancha, incluyendo el soporte de despliegue de la 5G que, junto a la 4G, debe convertirse en la piedra angular del desarrollo futuro de la informatización y la conectividad en el próximo periodo estratégico”.
Etecsa, como operador de telecomunicaciones, tiene la misión de contribuir al proceso de transformación digital de toda la sociedad cubana, partiendo de la construcción de la autopista de la información, garantizando infraestructuras para la digitalización de los procesos y servicios de cualquier sector de la sociedad, siendo a su vez un actor que trabaja en su propia transformación digital.
(Tomado de Granma)