Dos días después de que Cuba se abstuviera en la Asamblea General de la ONU en la votación de una resolución para exigir el fin de los ataques rusos en Ucrania, el régimen comunista ha vuelto a jugar la carta de abstención, esta vez ante el máximo organismo mundial para los derechos humanos.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó el viernes por abrumadora mayoría una resolución que establece una comisión de investigación internacional independiente para investigar todas las presuntas violaciones de los derechos humanos en el contexto de la agresión de la Federación Rusa contra Ucrania.
En la resolución, el Consejo condenó en los términos más enérgicos las violaciones de los derechos humanos y los abusos y violaciones del derecho internacional humanitario resultantes de la agresión de la Federación de Rusia contra Ucrania y pidió a la Federación Rusa que pusiera fin de inmediato a sus violaciones y abusos de los derechos humanos y violaciones del derecho internacional humanitario en Ucrania.
El régimen cubano se abstuvo en la votación de la resolución, aprobada por 32 de los 47 países que integran el Consejo.
Llama la atención la postura asumida este viernes por Cuba, China y Venezuela puesto que el lunes los tres países se habían negado a respaldar una propuesta del gobierno de Ucrania de realizar “un debate urgente” sobre los derechos humanos en el país invadido desde hace nueve días por las tropas de Vladimir Putin.
Sólo Rusia y Eritrea, se posicionaron claramente en contra del documento que exige la retirada rápida y verificable de las tropas rusas y de los grupos armados respaldados por Rusia de todo el territorio de Ucrania, dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas, así como de sus aguas territoriales.
El Consejo también instó al acceso humanitario inmediato, seguro y sin trabas.
Es la segunda vez que Cuba opta por abstenerse públicamente de votar a conveniencia de quien ha sido su aliado histórico, aunque se ha mantenido defendiendo los argumentos del Kremlin para lanzar la invasión.
El régimen cubano culpa a Estados Unidos y la Organización del Atlántico Norte (OTAN) de provocar la agresión de Rusia. También manifestó apoyo a su aliado en el avance de las tropas rusas sobre las zonas separatistas del este de Ucrania y reconoció a las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Durante el debate urgente sobre la situación de los derechos humanos en Ucrania, el representante de Cuba, Juan Antonio Quintanilla Román, alegó que “el proyecto de resolución presentado, vulnera los principios básicos del diálogo respetuoso, la no selectividad y la no politización, que deben guiar la labor del Consejo”.
“Estamos comprometidos con el Derecho Internacional Humanitario y llamamos a todas las partes a proteger la población, sus bienes y la infraestructura civil”, dijo el diplomático cubano.
“El pueblo cubano ha tenido y tiene una relación entrañable con el pueblo ucraniano” agregó, señalando más adelante que la propuesta a debatir “no responde a preocupaciones genuinas por la situación de derechos humanos en Ucrania. Mucho menos ofrece soluciones para promover el ejercicio efectivo de esos derechos, sin exclusiones”, apuntó.
Sin embargo, países como Mauritania, Somalia, Senegal y Emiratos Árabes Unidos, que no votaron el lunes, esta vez lo hicieron en apoyo a dicha resolución.
En el debate de aprobación, una cantidad considerable de delegados usaron corbatas o lazos ostentando los colores de la bandera ucraniana, lo que conmovió a la embajadora del castigado país del Este de Europa ante la ONU, Yevheniia Filipenko, quien hizo patente su agradecimiento a “todos los que han votado por el camino correcto”.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos denunció que la ofensiva rusa en Ucrania está generando un impacto enorme en los derechos humanos de millones de personas en todo el país, ha elevado la amenaza de riesgo nuclear y ha comprometido a la población civil.
“La mayoría de las víctimas civiles fueron causadas por el uso de artillería pesada, lanzamientos múltiples de cohetes y ataques aéreos en zonas pobladas, con informes preocupantes sobre el uso de municiones de racimo contra objetivos civiles”, dijo Bachelet, quien denunció daños considerables en un número importante de objetivos civiles, tales como hospitales, escuelas y guarderías.