Matanzas.–Solo dos de los heridos como resultado del desplome de una placa (cubierta de cemento fundido) en construcción, en la ciudad de Cárdenas, permanecían internados en horas de la mañana de ayer en el hospital territorial Julio Aristegui Villamir.
Ambos exhiben una evolución favorable y si no se presentan complicaciones deben salir de alta médica en las próximas horas, aseguró a Granma el doctor Luis Enrique Bone Cobos, director del centro hospitalario.
Precisó que tras el accidente un total de diez ciudadanos fueron asistidos allí y de ellos cuatro quedaron internados en la institución debido a la magnitud de las lesiones, aunque ninguno considerado de gravedad, dijo.
Según reportes de medios locales, los lesionados recibieron de inmediato el auxilio de la brigada de rescate del Comando de Bomberos y del Sistema de Urgencia Médica (SIUM). Al lugar también acudieron con prontitud las principales autoridades del municipio.
El lamentable suceso ocurrió en horas de la tarde de este domingo en un punto céntrico de la urbe, cuando se vino abajo una placa en construcción, luego de haberse completado el hormigonado de alrededor de 16 metros cuadrados.
En la obra, de interés familiar, trabajaban más de una veintena de hombres y todos debieron quedar sorprendidos en el instante en que la placa, de repente, se precipitó al suelo al no disponer del apoyo o soporte necesario.
A juicio de albañiles avezados, con oficio en estos menesteres, es evidente que el derrumbe ocurrió por una inapropiada preparación técnica para realizar la mencionada placa.
Entre los posibles fallos que habitualmente determinan un desenlace así, los expertos mencionan deficiencias en el encofrado, mal apuntalamiento e incorrecta colocación de las cargas, uso de madera sin la debida resistencia o insuficiente amarre del encabillado.
También es frecuente, comentan, la errada proporción del cemento utilizado, o la baja calidad de este.
Una lección nos deja. Y es que más allá de la curiosidad que despiertan este tipo de hechos, no se debe pasar por alto la debida precaución que, en efecto, exige un empeño constructivo de esta naturaleza, y que asiduamente involucra a personas vinculadas a la familia por las afinidades más que por los conocimientos.
Debemos preocuparnos, sobre todo, por quienes respalden la obra a realizar con su experiencia y profesionalidad.
Es la única manera de evitar cualquier fallo en las estructuras que deben sostener la loza en construcción y no quedar, como se dice por ahí, colgados de la brocha.