Desde hace décadas, el gobierno de Estados Unidos ha llevado a cabo proyectos de democracia destinados a socavar al gobierno socialista de Cuba. Un trato que siempre me ha intrigado fue el contrato de tres años por $ 15,5 millones otorgado a Creative Associates International en octubre de 2008. El hecho de que Creative Associates dirigiera el programa desde una base secreta en Costa Rica se sumó al atractivo.