Esmeralda, Camagüey.-Ni el hecho de ser domingo, ni un inoportuno y pertinaz aguacero hicieron desistir a los vecinos del pequeño poblado de Lombillo de participar en el encuentro convocado por las máximas autoridades de la provincia, bajo el nombre de trabajo comunitario integrado Somos continuidad.
Tras presentar a los integrantes del grupo de trabajo comunitario, el delegado de la circunscripción del Poder Popular, Ramiro Márquez Artiles, hizo una detallada caracterización de la comunidad. Ubicado en el extremo nororiental de este municipio, Lombillo tiene como sustento económico el cultivo de la caña de azúcar en tierras rojas bajo jurisdicción de la UBPC Ignacio Agramonte, a la cual está vinculado laboralmente el grueso de los habitantes de la localidad.
Si bien se observa un cambio favorable en las condiciones de vida de las familias, son perceptibles aún las cicatrices dejadas, hace cerca de cuatro años, por el huracán Irma.
Varios vecinos reconocieron el impacto del esfuerzo recuperativo de entonces, que en varios meses de arduo trabajo dejó resueltas prácticamente todas las afectaciones en las viviendas y rehabilitados el consultorio médico, la panadería-dulcería y la escuela primaria Frank País, entre otras entidades sociales.
PARTICIPACIÓN CIUDADANA REAL Y EFECTIVA
La experiencia se puso en práctica en tierra camagüeyana desde el mes de septiembre de 2019 (con algunas intermitencias provocadas por la COVID-19) y, desde entonces, suman cientos las comunidades que han sido escenario de ese diálogo abierto y sincero entre la población y sus dirigentes.
Para lograrlo se necesita de un diagnóstico de cada lugar fruto de la información y las vivencias recogidas por el grupo de trabajo comunitario en su diario convivir con la gente, sus anhelos y expectativas.
Mucho aportan, en este caso, el médico de la familia, la maestra, el combatiente, la promotora cultural, el trabajador social, la federada o el jefe del sector de la PNR, todos unidos en pos de lograr un ambiente sano, donde primen la decencia, la tranquilidad ciudadana y el bienestar individual y colectivo.
Y es que, para poder transformar, hay que conocer. No se puede enfrentar ningún nuevo desafío, si no se cuenta con organizaciones de masas que funcionen, entidades administrativas que respalden, y ciudadanos que hagan suyas las metas colectivas y tomen parte en su feliz materialización.
Los hechos se encargan de demostrarlo: apenas sin recursos «importados», se higienizan y embellecen las comunidades; se reparan escuelas, bodegas, farmacias y consultorios; se construyen parques infantiles y terrenos de béisbol, mientras de los caminos vecinales desaparecen los baches intransitables.
El proyecto Somos continuidad apuesta, por tanto, a una participación ciudadana real y efectiva. Se trata de trabajar desde la comunidad, con la comunidad y para la comunidad, con el delegado de circunscripción como ente coordinador y alma del afán colectivo.
NINGUNA INQUIETUD PUEDE CAER EN SACO ROTO
Domingo tras domingo acuden a la cita con el pueblo Ariel Santana Santiesteban, primer secretario del Partido en Camagüey, y Yoseily Góngora López, gobernadora provincial, siempre acompañados por directivos de las principales entidades administrativas del territorio.
«Lo primordial en estos encuentros, precisó el dirigente partidista, es escuchar a todas las personas que deseen plantear algo, sin coartar ningún criterio, y definir allí mismo, de manera diáfana, si sus reclamos tienen solución inmediata o requieren de recursos que a veces no están a la mano».
El principio básico es que ni una sola de las inquietudes caiga en saco roto: si algo no puede resolverse, una respuesta convincente, bien argumentada y asumida con total transparencia, vale mucho más que cualquier promesa basada en buenas intenciones y deseos.
«La vida, comentó Santana Santiesteban, se ha encargado de demostrar que nadie, por sí solo, es capaz de enfrentar tantos asuntos acumulados. De ahí que el proyecto maneje un lenguaje único: sumar y sumar a todos, a partir de un sistema de trabajo que tiene como entes protagónicos a las autoridades municipales».
De todo ello pueden dar fe los habitantes de sitios tan distantes y diversos, como La Yagruma, Camalote, Cafetal, Haití, La Veguera, Tacones, El Chorro, Estrella, Redención o Quan Tri, quienes perciben el proyecto como una sacudida oportuna, capaz de estremecer y cambiar las maneras de actuar de mucha gente.
Esa es, precisamente, la esencia de la Revolución: que los dirigentes se vinculen de manera permanente con el pueblo, escuchen sus necesidades con una voluntad real de encontrar soluciones colectivas a los problemas y que ese mismo pueblo se comprometa a participar para resolverlos.
Satisfecho por lo visto aquella mañana en su Lombillo natal, uno de los jóvenes coincidió con esa apreciación: «Este tipo de encuentro es un claro ejemplo de democracia participativa. Dificultades hay muchas, pero ninguna resulta insuperable si nos unimos todos y las enfrentamos con voluntad y optimismo».