Fotos: Liban Fernando Espinosa Hechavarría
En el casco histórico de Holguín, un edificio de nuevo tipo comienza acaparar el interés de los transeúntes por el trascendental proceso constructivo que se desarrolla en él; con la finalidad de dotar y de poner a disposición del territorio un centro tecnológico de primer mundo.
Un proyecto del siglo XXI
En el corazón de la Ciudad Cubana de los Parques; específicamente en la calle Libertad número 144, entre Martí y Luz y Caballero, en el boulevard; existe un inmueble edificado entre los siglos XIX y XX, que ha tenido múltiples usos y que albergará el Centro Tecnológico de esta región del nororiente cubano.
Este edificio de nuevo tipo se encuentra enclavado en la zona donde existió una construcción del año 1913 y en la parte posterior una casa del año 1803; es así que durante la intervención y trabajo en el lugar se identificó siete fases constructivas diferentes.
“En los terrenos se ha encontrado sitios arqueológicos, con restos de siglos anteriores. En el patio interior se puede observar varias fases constructivas de edificio moderno europeo con diferentes particularidades, acumulaciones y tecnologías. Desde el punto de vista histórico hay mucha evidencia en la construcción”, declaró al semanario sitio digital Roger Guerrero Peña, ingeniero en telecomunicaciones y máxima autoridad en la construcción del centro.
El edificio llega a este nuevo encargo social después de tener tres propietarios diferentes: Empresa de Servicios Técnicos, Yamarex, perteneciente Modas Boga y el Hotel Libertad de la Empresa de Recreación del municipio de Holguín. Albergando estos tres dueños en el año 2001 se aprueba un cambio de uso de la instalación, con la finalidad de ser restaurado y recuperado como hotel de ciudad.
“El estado que tenía la infraestructura y el estudio de factibilidad, demostró que no era rentable llevar a cabo esa inversión, esto llevó al edificio a un letargo y deterioro acumulado durante años”; apuntó Guerrero Peña.
Un sueño despertando
El proyecto del Centro Tecnológico es una idea original de Joven Club de Computación, por esta institución se presentó la idea conceptual, tuvo la aprobación y se propusieron varios sitios para ubicar esta obra; hasta llegar en noviembre del 2016 al edificio que se encuentra en terminación hoy.
“Las condiciones físicas de la instalación eran pésimas, en la intervención se tuvieron que desechar 17 camiones de residuo vegetal y 178 camiones de escombros. Así llegó la tarea de restaurar todo lo que pudiera ser restaurado, reconstruir todo lo que no pudiera soportar restauración; y sustituir todo lo que no pudiera ser restaurado y reconstruido”, apuntó Roger Guerrero, máximo representante del espacio.
Adaptar la tecnología y su instalación a un edificio patrimonial con características singulares y sin opción a la modificación de su infraestructura, fue el principal reto de la obra desde su proyección inicial. Para lograr ese