Unas 1 600 personas han sido diagnosticadas con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en Cuba en lo que va de 2023, según informaron en días recientes medios de prensa estatales.
La cifra constituye una preocupación para las autoridades sanitarias y para la sociedad en general, dado el crecimiento de 100 nuevos casos (aun sin terminar el año) en comparación con la prevalencia de 1 500 casos anuales como promedio en los últimos años.
A lo anterior se suma que existe un número de personas que son portadoras del virus y no han sido detectadas, por lo que pueden continuar la línea de transmisión.
Según declaró Jorge Pérez Ávila, médico que ha estudiado por más de 30 años el VIH/SIDA, debido a la COVID-19 y al confinamiento existe un porciento de personas que aún no sabe que tiene el virus.
Pérez Ávila reconoció que durante los años de pandemia no pudieron detectar el 90 % de los casos que en otras circunstancias hubieran diagnosticado.
En enero de 2023, medios de prensa locales alertaban sobre el aumento de casos de VIH. En Holguín, hasta el primero de diciembre de 2022 fueron detectados 116 casos nuevos, 31 más que en 2021. El territorio oriental está entre las seis provincias cubanas con mayor número de casos detectados en la historia del virus en Cuba.
Otra de las provincias con un incremento de los diagnósticos es Santiago de Cuba, donde fueron detectados 307 casos en 2022, una cifra que, por su incremento, preocupa a las autoridades del sector.
El 19 % de las personas que conviven con VIH en la isla son mujeres, y el 30.5 % tiene más de 50 años. Dentro de este último grupo, dos personas sobrepasan los 90 años.
Unas 32 000 personas viven con VIH en Cuba desde que fue diagnosticado el primer caso en la década de los ochenta. En 2022 fallecieron 366 cubanos y la cifra total de muertes asciende a 6 087 desde abril de 1986, cuando se anunció la primera muerte por la causa. No obstante, la tasa bruta de mortalidad por cada 100 000 habitantes disminuyó de 3.6 en 2021 a 3.3 en 2022.
Aunque existen avances en el tratamiento de las personas que conviven con el virus o el síndrome de inmunodeficiencia adquirida —Cuba eliminó la trasmisión de madre a hijo, por ejemplo—, continúa siendo un problema en la isla la escasez de preservativos para la prevención y el tratamiento.
No hay prevención posible sin condones
No basta con campañas de promoción de salud y educación sexual para evitar el VIH. La principal forma de prevención es el condón y en Cuba existe una crisis de preservativos que data de más de diez años.
Aunque la escasez de condones sea probablemente la causa principal del aumento de los casos de VIH y de otras infecciones de trasmisión sexual, no parece que exista una medida en concreto para resolver el asunto.
«No hay mejor prevención que el uso del condón y desgraciadamente en nuestras farmacias no hay desde hace años. ¿Acaso los antirretrovirales son menos costosos que los condones?», preguntó un forista llamado Ever en una publicación del medio estatal Cubadebate.
Casi todos los comentarios al artículo denunciaban la falta de profilácticos en las farmacias cubanas y cómo ello no solo influye en el contagio de ITS, sino también en el aumento de embarazos no deseados.
Varios medios de prensa han hecho alusión al desabastecimiento de condones en las farmacias, un hecho que ha provocado el aumento de enfermedades como la sífilis (de 3 793 en 2021 a 7 428 en 2022) y la blenorragia o gonorrea (de 1 770 en 2021 a 1 873 en 2022).
Los datos del Anuario Estadístico de Salud de 2022 concuerdan con las declaraciones de Niurka Pileta, jefa de sección en el Departamento de VIH/SIDA de Santiago de Cuba, a la Agencia Cubana de Noticias. La funcionaria declaró que en el territorio se diagnosticaron 894