En el juego más emocionante de los cinco celebrados en la final de la campaña cubana de béisbol, Matanzas volteó sensacionalmente el marcador y se ha colocado a un triunfo de recuperar la corona. Pero tendrá que ganar un partido en Bayamo, y eso, de por sí, es complejo.
La victoria de los Cocodrilos (por 4-2) tiene varios nombres, pero hay uno que va a sonar durante mucho tiempo y es el del joven Ronney Muñiz, autor de un jonrón en el séptimo inning que le dio un giro brusco al choque y posiblemente al destino del play off.
Muñiz nunca había pegado un palo de ese tipo en series nacionales y ya va está en su tercera temporada, aunque su complexión física delata un bateador de conexiones fuertes, contundentes.
Agarró el primer picheo que le hizo el recién estrenado relevista Kelbis Rodríguez y sacudió un lineazo soberano que apenas perdió altura hasta caer al otro lado de las cercas entre el jardín del medio y el izquierdo.
A medida que la bola viajaba hasta su destino final, la algarabía en las gradas del Victoria de Girón iba subiendo de tono y cuando se hizo incogible para los guardabosques, se soltaron las pasiones.
Parecía que ese iba a ser el momento definitivo del choque, pero estaba más lejos de la realidad, todavía quedaban tensiones por vivirse y decisiones polémicas por tomarse.
El propio batazo de Muñiz fue una casualidad, pues como mismo el mentor lo envió de emergente, quiso quitarlo cuando el director contrario respondió cambiando al lanzador, por suerte para el muchacho ya había sido presentado y no había vuelta atrás.
«Yo me preparé para ese turno al bate, y para ese pícher. Lo había estudiado, sabía que iba a entrar por la zona en el primer envío y fui a hacerle swing. No pensé que fuera jonrón, pero sí un batazo largo», comentó a Cubahora, al término del partido.
Después de esa conexión nada fue igual en el juego. Ni en las gradas, ni en esta provincia. Ni en cualquier lugar donde haya un seguidor del plantel que dirige Armando Ferrer.
(Abel Rojas Barallobre)
Los granmenses intentaron emparejar el marcador en el octavo tramo, cuando tuvieron dos hombres en base sin out. Pero volvieron los rejuegos tácticos y otra vez Armando Ferrer le ganó el mano a mano a Carlos Martí.
El primero cambió a Naykel Cruz, de excelente relevo hasta entonces, y el segundo regaló un tercio del inning con un toque de bola de su quinto bate, Iván Prieto, que solo sirvió para adelantar a los corredores hasta tercera y segunda, donde quedaron congelados por el magistral relevo de Noervys Entenza.
Pudo Prieto poncharse, pero la mayoría, excepto el alto mando de los Alazanes, apostaba porque estuviera libre en ese turno que podría decidir la suerte del choque.
El joven cácher se sacrificó ejecutando muy bien la jugada; sin embargo, los hombres que iban detrás de él se ponchó uno y el otro roleteó mansamente por el campo corto.
Con ese cero, ya nadie dudaba de qué lado estaría el triunfo. Si juegas conservadoramente para dos, anotas, cuando más, una; y si buscas una, en un alto porcentaje te vas en blanco, como sucedió en este duelo, por mucho que Carlos trate de justificar su decisión.
La vuelta del octavo de los matanceros solo maquilló el resultado, que ya estaba muy claro desde la entrada anterior.
(Abel Rojas Barallobre)
El rumbo del partido comenzó a pintarse de rojo y amarillo cuando Yadil Mujica cogió en la luna de valencia a la defensa oriental y le robó con absoluta impunidad el home plate en el cuarto tramo con las bases llenas.
Esa jugada además de pegar a su equipo en la pizarra le dio vida emocional; igual que la forma en que dejaron en dos carreras a los orientales en el tercer capítulo por intermedio de un engarce de William Luis sobre lineazo de Prieto que estuvo a milímetros de picar con los senderos congestionados.
El play off se muda para Bayamo. Va 3-2 a favor de Matanzas, pero ojo, ya una vez, en la semifinal de la serie 56, estuvo así y los orientales ganaron los dos últimos juegos, nada menos que en el Victoria de Girón.
Estadio Victoria de Girón en Matanzas. (Abel Rojas Barallobre)
El lunes, en el todo o nada para Granma, saldrá a lanzar Yoel Mojena por los Alazanes, mientras Dariel Góngora buscará rematar el duelo y evitar el veleidoso séptimo juego.
¿Habrá desquite de Matanzas por primera vez en una serie de postemporada? ¿Se repetirá la remontada? Por el estadio emocional y la dinámica de los últimos juegos, los Cocodrilos están mejor, pero en su establo la caballería es letal.