Tenemos que enmendar muchas cosas, recorrer aún un largo camino para retomar aquellos vibrantes triunfos en la arena internacional. Pero ¿quién dijo que en Cuba no jugamos una tremenda pelota? Ahí están Granma y Matanzas llenando de emociones a sus aficionados y a toda Cuba. Si habíamos dicho que el cuarto contaba como el mejor juego de la gran final, este que Matanzas ganó ayer es de otra galaxia.
Los dos mentores, Armando Ferrer, el vencedor, y Carlos Martí así lo expresaron: «excelente», dijo el granmense, y «digno de una final», aseguró el matancero.
Cuando se respetan los fundamentos del beisbol salen estos partidos y sobrevienen batazos como el de Rodney Muñiz, de emergente, en el primer lanzamiento que veía en esta postemporada: un jonrón con el cual inauguró ese casillero en su carrera en series nacionales, nada menos que para poner delante en el marcador y en la serie (3-2) a su equipo, y mandarlo a Bayamo en coche, tras la corona.
Pero para que eso ocurriera, primero Yadir Mujica se robó home, con las bases llenas en el cuarto y con dos outs, porque no había quien le bateara a Leandro Martínez, y como la pelota es tan rica, y estratégica y tácticamente inagotable, se plantó con ese recurso que dejó atónitos a sus propios compañeros, a los adversarios y hasta el propio estadio, que incluso, tardó en reaccionar.
Si eso fue sicológica y motivacionalmente una inyección, lo cierto es que solo reducía la desventaja (2-1) y el zurdo Martínez seguía intratable. Sin embargo, antes de la hazaña de Muñiz, a quien se le recuerda como líder jonronero de los torneos Sub-23, William Luis salvó no solo el espectáculo que disfrutábamos, sino también a sus Cocodrilos, con un fildeo de leyenda –con los ángulos congestionados de Alazanes y dos outs– sobre una línea tendida de Pedro Almeida. El engarce quebró, al menos, tres carreras, y perdían por 0-2.
Si Naykel Cruz, severamente criticado por su mentor en su anterior presentación, por su falta de control, no se hubiera presentado con dominio exacto de sus comandos de pitcheo, para trabajar cuatro y un tercio de tres jits y dos boletos, el juego hubiera sido otro. Y sin el coraje y la seguridad de Noelvis Entenza, con hombres en tercera y segunda y un out en el octavo, hoy la Atenas de Cuba estuviera contra la pared.
El partido trajo esos movimientos tácticos difíciles de entender, pero que confirman que un director de equipo es el más expuesto al juicio público. Sacar a un hombre que le han pegado un jit (franco) hasta el séptimo pudiera ser controvertido, pero con el esquema Martínez-Kelbis Rodríguez-Santana, a esa altura, está disputando el cetro.
La jugada de sacrificar a Iván Prieto, máximo impulsador de carreras de la postemporada en el octavo es polémica. Pero les digo, solo un mentor ganador y que toma riesgos es capaz de hacerla. Hay que ser muy valiente y corajudo para indicarla, y para nada es conservadora, sino más bien temeraria. Dijo Martí: «salió mal, es mi responsabilidad». En nuestra opinión, minimizaba el dobleplay y obligaba a venir al cuadro hacia delante, lo que ampliaba el campo de jit. En pelota, poner de acuerdo a dos ya sabemos que es casi imposible, pero no dejo de premiar a directores como Martí y Ferrer: han demostrado que no temen.
Antes de jugar en Bayamo los dejó con Yirsandy Rodríguez y sus afilados datos. La serie va 3-2, pero él dice que, en las finales de la pelota cubana, el que gana el tercer partido y pone el cotejo 2-1, como hizo Granma el pasado martes, en un 60 % es el vencedor. Pero Matanzas va por destruir esa historia.
ANOTACIÓN POR ENTRADAS
Victoria de Girón |
C |
H |
E |
|
GRA |
002 000 000 |
2 |
6 |
0 |
MTZ |
000 100 21x |
4 |
6 |
1 |
G: N. Cruz (7-3). P: K. Rodríguez (8-6). Js: N. Entenza (4). Jr: R. Muñiz. |