El jueves comienzan en Washington conversaciones migratorias entre Estados Unidos y Cuba, encuentros que debían realizarse dos veces al año, pero que fueron interrumpidos en 2018. La última reunión fue el 11 de febrero de ese año.
Ninguna de las dos partes ha revelado sus agendas, pero se presume que uno de los temas a abordar sea el de las complicaciones creadas por la presencia masiva de cubanos en la frontera sur de Estados Unidos.
Hoy miércoles en Panamá, adonde viajó para asitir a una reunión regional sobre la crisis migratoria en Centroamérica, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dio a conocer las preocupaciones estadounidenses. «No quiero adelantarme al diálogo entre Estados Unidos y Cuba, pero como todos saben, tenemos acuerdos migratorios con Cuba desde hace muchos, muchos años. Fueron descontinuados, y exploraremos la posibilidad de reanudarlos», comentó Mayorkas en rueda de prensa.
Asimismo, dijo que el encuentro forma parte del «compromiso de Estados Unidos de permitir una migración segura, humanitaria y ordenada». El objetivo, precisó, es lograr que los cubanos «no se lancen, por ejemplo, a los mares, un viaje extraordinariamente peligroso».
Según datos estadounidenses, de octubre de 2021 a marzo de 2022 más de 78 000 cubanos entraron al país por la frontera con México, cifra que duplica el número que abandonó la Isla durante la llamada crisis de los balseros, en 1994, cuando los cubanos recogidos en alta mar fueron llevados a la Base Naval de Guantánamo para ser trasladados a Estados Unidos al cabo de varios años.
Los primeros acuerdos migratorios Estados Unidos-Cuba fueron firmados en 1984 y los segundos una década después.