Decenas de cubanos participaron este viernes en la tradicional procesión del Viernes Santo en las calles de La Habana Vieja para pedir, entre otras cosas, por una mejora en su situación económica, en medio de la severa crisis por la que atraviesa la isla.
Los feligreses se unieron al acto, que partió a las 18:00 hora local de la parroquia del Cristo del Buen Viaje, para recorrer el camino de las 14 estaciones que fijan paso a paso el acto religioso, que representa la muerte de Jesús.
Las procesiones religiosas fueron autorizadas por el Gobierno cubano, por primera vez después de casi cuarenta años, en 1998, tras la histórica visita del Papa Juan Pablo II a la isla.
De igual forma, en 2012, el entonces papa Benedicto XVI solicitó durante una visita pastoral a Cuba al entonces presidente insular, Raúl Castro, que se restableciera como festiva la conmemoración del Viernes Santo, suspendida por casi medio siglo.
Ese año y el siguiente, el Gobierno lo declaró festivo con “carácter excepcional” y desde 2014 consideró esa fecha cristiana como oficial.
Prohibiciones en algunas iglesias
A pesar de la realización de la procesión en la capital y en otras ciudades del país -111 actos entre Viernes Santo y Domingo de Resurrección, según la Conferencia de Obispos Católicos, citada por el medio independiente cubano 14ymedio– la prensa no oficial se ha hecho eco de casos en los que las autoridades negaron el permiso de realizar el acto.
Entre las prohibiciones citadas están varias parroquias de la diócesis Bayamo-Manzanillo, uno de los puntos en los que hubo protestas el pa