El río Gascón está contaminado, eso no es un secreto para nadie en el Distrito José Martí ni en sus alrededores. Desde antes de atravesar Micro 7, uno de los barrios de este reparto donde las aguas todavía son cristalinas y se pueden ver peces en ellas, los muchachos que llevan a bañar sus caballos dicen que, si fuera por ellos, no se metían ahí.
A unos tres kilómetros, en las cercanías del Centro Genético Porcino, en la Carretera Central, la percepción sobre la calidad de las aguas del río Los Guaos es la misma. Gascón se une a Los Guaos cerca de la carretera hacia Mar Verde antes de desembocar en la bahía santiaguera, por lo que pertenecen a la misma cuenca hidrográfica.
Este recurso hídrico es uno de los más pequeños de Santiago de Cuba. A la vez, uno de los que presentan mayor contaminación. De acuerdo con una investigación publicada en 2021, cada uno de estos ríos tiene entre 15 y 16 focos contaminantes. Múltiples estudios evidencian también que las aguas de la cuenca Gascón-Los Guaos no están aptas para el baño, la pesca o el abasto. No obstante, los habitantes las usan con estos fines.
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Un grupo de niños acababa de entrar a jugar al río Gascón bajo el puente elevado, por donde pasa el tren, mientras al otro lado dos muchachos bañaban a sus caballos en una pequeña poceta cuando nos vieron hacer fotos. Su reacción fue inmediata. Al llegar hasta donde estaban, los niños ya se habían ido y uno de los jóvenes recogía sus cosas y salía del agua llevando a su caballo por las riendas.
El otro muchacho, Yasiel, comenta que ellos bañan a sus bestias en ese lugar con frecuencia. Hace cinco años que vive en la zona. La inestabilidad en los ciclos de suministro de agua desde el acueducto hace que los pobladores de la región acudan al río para el baño de animales y otras actividades. Son conscientes, sin embargo, de los peligros de adentrarse en las aguas del Gascón, aunque temen más ser multados por hacerlo. Este temor es tal, que la mayoría de las personas entrevistadas decidieron no dar sus nombres ni ser fotografiadas.
Según Ángel Luis Plutín, vecino del lugar, hace más de diez años que a Rafael, otro vecino, le impusieron una multa por utilizar las aguas del río para regar sus cultivos. La noticia corrió de boca en boca y, desde entonces, todo el mundo construyó pozos. Él mismo tiene tres y se abastece de ellos para todo.
Las autoridades recomendaron entonces que los pozos fueran construidos a seis o siete metros de distancia del río para evitar que se contaminaran también, asegura Ángel Luis. Él confía en que el agua de sus pozos es limpia porque la tierra la filtra. Ni siquiera la hierve antes de beberla, solo ora y la bendice para que no le haga daño.
Un estudio publicado en 2021 por investigadores de la Universidad de Oriente encontró que, en el mismo sitio donde los muchachos bañaban a sus caballos, el Gascón se cataloga como altamente contaminado de acuerdo al índice de calidad para aguas superficiales (ICA-S). Dicho indicador, desarrollado por autores cubanos, utiliza nueve parámetros físicos, químicos y microbiológicos para evaluar la calidad de las aguas superficiales, y las clasifica de acuerdo a su grado de contaminación. A menor valor del ICA-S, peor es la calidad del agua evaluada.
Esa misma investigación, al comparar sus resultados con los obtenidos por otros autores en 2011, concluye que la calidad de las aguas del río Gascón en ese punto ha empeorado significativamente.
Aguas abajo la situación no mejora. En el puente del reparto Marimón el mal olor es insoportable. A un costado, aguas albañales se vierten al cauce desde tres grandes tubos. Una nube de humo por la quema de una montaña de residuales sólidos nos esperaba en la orilla.
El indicador biológico por excelencia de la contaminación por microorganismos es la presencia de coliformes, que es un grupo de bacterias gram negativas con forma de bacilo. El grupo está integrado por los géneros Escherichia, Klebsiella, Enterobacter y Citrobacter. No todos los coliformes proceden de las heces fecales, por lo que se necesitaron pruebas para diferenciarlos a los efectos de su utilización como indicadores de contaminación. Esta diferenciación entre el total de coliformes y los específicamente intestinales es crucial desde el punto de vista de la salud pública, ya que permite determinar con total seguridad cuándo la contaminación del agua es de origen fecal.
Siguiendo la corriente del río, a partir del puente de Marimón los parámetros microbiológicos, que incluyen la presencia de coliformes totales y fecales, incumplen todas las normas cubanas para el uso de aguas superficiales según el artículo “Evaluación espacio-temporal de la calidad de las aguas en la Cuenca Hidrográfica Guaos-Gascón”. Esto supone que no se deban utilizar con ningún fin.
Por ejemplo, la concentración de la bacteria Escherichia coli, especie coliforme que vive en el intestino de los mamíferos, incluidos los seres humanos, era cinco veces mayor en este punto que el límite máximo permitido por la Norma Cubana de Abasto (NC 1021: 2014). Setecientos metros corriente abajo, la cifra era siete veces mayor que la recomendada por esa norma y la totalidad de los coliformes detectados era de origen fecal.
Al Gascón van a parar desechos albañales y sólidos del Distrito José Martí y los repartos Agüero y Marimón. No tiene fuentes contaminantes industriales destacables. El río Los Guaos, en cambio, pareciera concentrar muchas.
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“¿Aquí en esta cañada?”, preguntó con sorpresa el taxista cuando supo el lugar donde debía dejarnos. En ese punto del recorrido, bajo el puente del kilómetro 13,5 de la Carretera Central, en el poblado El Castillito, el río Los Guaos parece un arroyo.
Aguas arriba descargan los residuales líquidos del Centro Genético Porcino. Del otro lado del puente, en sentido contrario, se ubica una pequeña hilera de casas. Una vecina comenta que ellos no usan esas aguas para nada porque todos saben que ahí van a dar las aguas del Porcino.
En un informe de 2018 la Delegación Territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) de Santiago de Cuba incluyó al Centro Genético Porcino, junto a otras trece industrias, en el diagnóstico de actualización de fuentes contaminantes de la bahía santiaguera. El objetivo de esta empresa es producir y comercializar cerdos genéticamente modificados, carnes y subproductos porcinos. Las naves donde se crían los animales producen una gran cantidad de residuos líquidos y sólidos que son tratados antes de ser evacuados al río.
Los habitantes del lugar afirman que desde hace más de una década, con la construcción del biodigestor que produce biogás a partir de los desechos del Porcino, la cantidad de contaminación disminuyó. Al menos, no se siente el mal olor que antes inundaba la zona.
Según un estudio de 2020, las lagunas de tratamiento de este centro carecen de mantenimiento y se encuentran ubicadas muy próximas al cauce del río, lo que supone un peligro ante la erosión, los fuertes aguaceros y los sismos de moderada intensidad. Estos riesgos podrían provocar el colapso del sistema e impactar sobre el río . Además, un análisis del residual líquido tratado reveló que tres de los parámetros superan la Norma para el Vertimiento de Aguas Residuales a las Aguas Terrestres y al Alcantarillado (NC 27: 2012).
Por otra parte, la investigación publicada en 2021 que evaluó la calidad de las aguas del Gascón incluyó un análisis similar para Los Guaos. Los autores determinaron varios indicadores antes y después del vertimiento de los residuos del Genético Porcino. Antes de recibir los desechos la corriente ya se consideraba altamente contaminada de acuerdo al ICA-S. Después de vertidos, los desperdicios porcinos disminuyeron ese índice de calidad casi a la mitad. La presencia de coliformes totales luego de incorporarse el líquido procedente de esta entidad era nueve veces mayor, debido casi en su totalidad a la concentración de microorganismos de origen fecal. El contenido de la bacteria Escherichia coli se duplica.
La influencia del Centro Genético Porcino en la contaminación de las aguas de Los Guaos ha sido evaluada a través del tiempo por varios miembros del Grupo de Investigación de Medio Ambiente de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas de la Universidad de Oriente. A ochocientos metros del puente de El Castillito, una vertiente de este río corre entre las instalaciones del Seminario Teológico Bautista de Cuba Oriental y su hogar de ancianos sin haber sido estudiada.
Magaly, quien ha vivido siempre en el caserío que se encuentra detrás del hogar de ancianos, recuerda que en su niñez podían servirse del río. Ahora “esa agua está contaminada de la gente que tiene machos [cerdos] para allá arriba para La Caoba. Toda la cagazón de las cochiqueras de machos viene pal río. Eso no sirve ni para bañarse”.