MADRID, España.- El Año Nuevo es una celebración que trasciende fronteras y culturas, marcando el inicio de un nuevo ciclo temporal con renovadas esperanzas y promesas. Su origen se remonta a civilizaciones antiguas que observaron el paso del tiempo de manera meticulosa y asignaron significados simbólicos a este evento cósmico. A lo largo de la historia, diversas culturas han contribuido a la rica tradición del Año Nuevo, cada una aportando su propia perspectiva única.
Mesopotamia y Babilonia: La semilla del tiempo
El registro más antiguo del Año Nuevo se remonta a la antigua Mesopotamia, donde se realizaban celebraciones en honor a la renovación de la naturaleza. Los babilonios, en particular, marcaban el inicio del año con el festival de Akitu, que celebraban durante 12 días alrededor del equinoccio de primavera. Este festival no solo marcaba el cambio de estaciones, sino que también simbolizaba la victoria del dios Marduk sobre las fuerzas del caos.
Egipto: La influencia del Nilo
Los antiguos egipcios asociaban el Año Nuevo con el aumento de las aguas del Nilo, un evento crucial para la agricultura y la prosperidad. Celebraban el año nuevo con el festival de Wepet Renpet, que significa “aper