El monto total de gastos aprobados por los diputados para 2023 fue de 347 896 millones de pesos cubanos y fue insuficiente. El Gobierno gastó 30 000 millones más y tampoco se notó en el país ante el aumento de las necesidades y el encarecimiento de la vida. ¿Para qué se usa el dinero público?, ¿por qué no alcanza?, ¿cómo y cuándo van a mejorar las condiciones en el país?
Después de casi dos años de investigación y compilación de datos, DeFacto —el equipo de verificación y datos de elTOQUE— presenta un nuevo especial multimedia sobre el presupuesto del Estado cubano. La investigación explica cómo se estructura el dinero público y qué uso hace el Gobierno de él. Sin embargo, quedan más preguntas que respuestas ante la falta de información y transparencia sobre este asunto medular.
El presupuesto son todos los recursos económicos con los que cuenta el Estado, para lo que se proponga hacer. Es el Parlamento quien lo aprueba, por unanimidad siempre. Ese dinero —que no es mucho para un Estado— proviene fundamentalmente de los impuestos de los ciudadanos y de las empresas y otros aportes estatales y donaciones, etcétera. Pero no es suficiente para cubrir todos los gastos. Así que, como regla general, hay más gastos que ingresos y el Estado se va endeudando. Mientras mayor sea el gasto público, más cosas puede hacer el Estado, pero tiene que garantizar cómo conseguir ese dinero. La situación actual es crítica.
¿Qué podemos saber a partir de la ley?
El Estado no genera dinero propiamente, no es su finalidad. Aunque en Cuba sea dueño también de la mayor parte del sector empresarial. Su función es administrar el dinero público que se obtiene por diferentes vías y determinar prioridades sociales, hacer inversiones y planificar el desarrollo del país. En otras palabras, el Estado existe —en materia de dinero— como una representación colectiva que debe decidir dónde es mejor poner los recursos, pero el dinero en realidad es nuestro, de todos y cada uno de los ciudadanos que contribuimos de manera individual o como empresas de diferentes formas, sobre todo con impuestos, multas, trámites, etcétera.
Sin embargo, que sea el Estado quien tenga la misión de gestionar ese dinero no significa que sea un cheque en blanco para que haga con él lo que quiera. Sus decisiones deben ser evaluadas y estar en consecuencia con las necesidades de la ciudadanía. En principio, es un rol que le corresponde a los diputados; pero también a cada ciudadano. Es un derecho saber cómo se usa el presupuesto y para eso es fundamental tener información.
Revisar la ley del presupuesto nos permite saber, por ejemplo, cuánto dinero se destina cada año a cada sector de la sociedad. Los números a simple vista parecen altos, pero para un país puede no ser suficiente. Entonces, lo que sí podemos comparar es si la cantidad es mayor o menor de lo que se ha otorgado en años anteriores y cuánto ha crecido.
Incluye también, aunque no en todos los casos lo han publicado, cuánto gasta el Gobierno en asociaciones y organizaciones, en rescatar empresas improductivas, en sustitución de importaciones en subsidios a empresa estatales, entre otros gastos de