En medio de un declive de la producción de caña y de azúcar, Cuba lanzó una iniciativa para la circularidad de esa agroindustria, en el contexto de la Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático COP 28, que sesiona hasta el 12 de diciembre en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.
Poner al ruedo esta idea en los peores momentos de este sector en más de un siglo y de meses de demoras en el abastecimiento de la canasta básica normada, podría resultar descabellada. Sin embargo, la iniciativa es vista como una posible tabla de salvación.
La Alianza internacional para la circularidad de una agroindustria de la caña de azúcar resiliente y baja en carbono (Alianza Climática Agroazúcar Circular, en nombre corto) se propone buscar sostenibilidad para este sector en Cuba y otras naciones, a partir de impulsar la producción de caña y sus derivados, más allá del azúcar.
Y todo ello, con el acompañamiento de componentes que reduzcan los impactos ambientales y aporten su grano de arena en el enfrentamiento al cambio climático, cuando la caña y la zafra están por el piso.
En noviembre, fuentes del sector anunciaron que en la zafra que comienza molerían 25 industrias, a las que se sumarían otras 10 para dedicarse a derivados como meladura –para la obtención de aguardiente con destino a la producción de bebidas.
Un camino posible
Según destacó en la presentación de la alianza Odalys Goicochea, directora general de medio ambiente, del