El Grito de Gaza Obra del artista tunecino Omar Esstar
“La verdad es la primera víctima de la guerra.”
Esquilo
La Verdad y la Mentira pugnan también en todas las guerras.
La Verdad sigue siendo la primera víctima de esos conflictos. No se cuenta como los muertos y heridos; pero, puede pesar tanto como ellos en el curso de los acontecimientos. Los genocidas la aniquilan con la misma velocidad y saña que a los adversarios. Tratan de imponer la suya a su antojo, tanto como pretenden dominar las acciones a golpe de bombas y cohetes sofisticados.
La Mentira es el arma predilecta de los matones de estos tiempos. Va en la vanguardia de sus operaciones de dominación y exterminio. Es más barata que el resto de las armas en el arsenal de los poderosos.
Así lo ha hecho el poder israelí desde el pasado 7 de octubre, cuando fueron sorprendidos por una operación militar inédita de Hamás y comenzaron un verdadero genocidio de tierra arrasada contra Gaza.
NOVA
Imágenes del lugar donde se desarrollaba el Festival de Música electrónica en el desierto de Neguev
“Sobrevivimos haciéndonos los muertos”, contó a France 24 Esther Borochov, una de las jóvenes que participaban en el Festival de música al aire libre “Tribe of Nova”, en el desierto de Neguev, a pocos metros de la frontera militarizada de Israel con Gaza y que terminó bañado en sangre. “Vimos a terroristas matando gente, quemando carros, gritando por todas partes”, declaraba entonces a NBC News, Shoam Gueta, a quien identificaban como uno de los asistentes al festejo de aquel 7 de octubre. La madre del británico Jake Marlowe, de 26 años, testimoniaba al “Jewish News” al día siguiente: “Ayer estaba de vigilante en una fiesta rave y me llamó a las 4:30 de la mañana para decirme que estaban volando cohetes”.
Todos los medios israelíes y del mainstream estadounidense y británico se lanzaron ese día a contar un escenario de horror provocado por “los terroristas de Hamas”. “Han masacrado a la gente a sangre fría de una forma inconcebible”, declaraba a la agencia AFP Moti Bukjin, una portavoz del servicio de rescate israelí Zaka.
Más de un mes después, el periodista e investigador Max Blumenthal reveló en The Grayzone (y publicado en español por Cubadebate) que helicópteros Apache del ejército israelí llegaron hasta el Neguev aquella madrugada con la encomienda de tirar sin miramientos a todo lo que se moviera en aquellos lares.
“Los helicópteros Apache parecen haberse centrado en los vehículos que regresaban a Gaza desde el festival de música electrónica NOVA y los kibuts cercanos, atacaron coches con el aparente conocimiento de que los cautivos israelíes podrían estar dentro. También dispararon contra personas desarmadas que salían de los coches o caminaban a pie por los campos de la periferia de Gaza.
“En una entrevista con el medio de noticias israelí Mako, un piloto de Apache reflexionó sobre el torutuoso dilema de si disparar a las personas y los coches que regresaban a Gaza. Sabía que muchos de esos vehículos podrían haber tenido cautivos israelíes. Pero eligió abrir fuego de todos modos…”
“Yasmin Porat, una asistente del festival de música Nova que huyó al kibutz Be’eri, dijo a la radio israelí que cuando las fuerzas especiales israelíes llegaron durante un enfrentamiento de rehenes, “eliminaron a todos, incluidos los rehenes, porque había fuego cruzado muy, muy fuerte”.
“Después de un fuego cruzado loco”, continuó Porat, “se dispararon dos proyectiles de tanques contra la casa. Es una pequeña casa de kibutz, nada grande”.
Y no solo fue la masacre tras el Festival musical. Blumenthal establece que “El ejército de Israel recibió órdenes de bombardear las casas israelíes e incluso sus propias bases, ya que fueron abrumados por los militantes de Hamás el 7 de octubre. ¿Cuántos ciudadanos israelíes que se dice fueron “quemados vivos” fueron realmente asesinados por fuego amigo?”
A su vez, el importante medio israelí Haaretz confirmaría el 19 de noviembre, en un artículo del periodista Josh Brenner, que “un helicóptero de combate de las FDI que llegó al lugar (del Festival de música) desde la base de Romat David disparó contra los terroristas y aparentemente también alcanzó a algunos de los juerguistas que estaban allí”
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“Siempre ha sido un misterio para mí cómo los hombres
pueden sentirse honrados por la humillación de sus
semejantes.”
Mahatma Gandhi
El nazismo hizo horrores contra judíos, comunistas y todos aquellos que no fueran arios o que enfrentaran su ideología racista. El sionismo hace los mismo contra árabes, izquierdistas y antisionistas. Las víctimas de ayer son los feroces victimarios de hoy.
Para encubrir sus crímenes, Israel tacha de terroristas a los palestinos; los intenta mostrar feroces, asesinos, desalmados. Asesina a todos los que puede, y encarcela a todos los que se le antoja. Las cárceles de la potencia ocupante están llenas de singulares “terroristas”: mujeres y niños
“Siempre tienes miedo” a ser detenido, dijo a Save the Children el adolescente palestino Hisham, de 14 años, en una investigación publicada el pasado mes de julio. Mientras Yusef, otro adolescente entrevistado el pasado año y asesinado por los israelíes este 2023, había declarado a los encuestadores: “Quiero ver las cosas que siempre imagino. No quiero oler gas o ver a soldados por todas partes. No quiero tener miedo de salir a la calle. No quiero que mi madre tenga miedo a que pueda resultar herido o que pasee por las calles buscándome por temor a que los soldados israelíes me hayan herido”
Meggido
El dolor de la niñez palestina. Foto: Tomada de Getty Images
Yasser Zimieh es uno de los 123 niños palestinos recién liberados en la concluída tregua. Estaba en la prisión “Meggido”, uno de los centros penitenciarios israelíes que encierra a niños y adolescentes varones palestinos.
Al hablar a los medios palestinos tras su recibimiento en Gaza dijo: “El año que estuve en prisión fue difícil. Nos trataron con mucha violencia y represión. El 30 de octubre golpearon a muchos presos. Los presos murieron en sus manos. Por las noticias supimos que tres prisioneros fueron martirizados” (…) Había otros, niños pequeños, cuyas cabezas estaban abiertas por las palizas. Niños pequeños, de 10 y 12 años, estaban siendo golpeados. Nos trataron la violencia más intensa.”
Unos 200 menores de edad palestinos se encuentran hoy en diversas cárceles israelíes, donde son sometidos a torturas y maltratos.
Un comunicado de la Comisión de Asuntos de Prisioneros y Exprisioneros alertó que los centros penitenciarios de Ofer, Megiddo y Damon “carecen de las necesidades mínimas de vida e integridad humana”.
Los niños privados de libertad son sometidos a métodos de tortura y trato degradante que contradicen los estándares internacionales de derechos humanos, afirma el documento.
Soldados israelíes recorren Balata, un campo de refugiados palestinos en Naplusa, Cisjordania, el jueves 23 de noviembre de 2023. Foto: AP
Osama Naif Marmash, otro niño liberado recientemente durante la tregua, confirmó con su testimonio la aberrante realidad:
“Cada semana, el Ejército israelí viene a golpearnos, nos quita toda la ropa, las mantas y los colchones”, dijo Marmash, quien llevaba cinco meses recluido en detención administrativa sin cargos, a la Agencia turca Anadolu.
El niño proveniente de la ciudad de Nablus, al norte de Cisjordania ocupada, dijo que el día de la liberación los habían obligado a permanecer en el frío desde las 8:00 a.m. “hasta que llegó la Cruz Roja” y nos sacó de la prisión de Ofer”.
“Esa mañana, los soldados israelíes vinieron y rociaron a los prisioneros con agua a pesar del frío clima”, agregó.
La referida Comisión de Asuntos de Prisioneros y Exprisioneros contabiliza que desde 2000 más de 17 mil menores palestinos fueron arrestados por las fuerzas de seguridad israelíes.
Un reciente informe de la Sociedad de Prisioneros Palestinos alertó que muchos de ellos son capturados por la noche en los domicilios, golpeados delante de los familiares, esposados, mantenidos sin comida ni bebida durante largas horas y sometidos a interrogatorios sin la presencia de los padres.
El jueves 30 de noviembre fue liberada la joven palestina Zeina Abdo, de 18 años, residente en Jerusalén este. Pasó ocho meses en arresto domiciliario, con solo 16 años, hasta que fue traslada a una cárcel israelí en 2021. El pasado julio fue condenada en firme a cinco meses y medio de cárcel.
Fue detenida por sorpresa cuando iba caminando por la calle. Denunció que durante su arresto y detención fue agredida y brutalmente golpeada. Estaba acusada de “incitación en redes sociales” a la violencia. Tras los atentados del 7 de octubre fue, como han denunciado otros presos palestinos, sometida a un régimen de incomunicación y aislamiento durante 49 días en su celda. “Toda mi infancia ha pasado por la ocupación israelí y por la prisión”, decía a la cadena Al Jazeera tras su liberación.
Su relato habla de falta de comida y de higiene en la cárcel, de insultos e intimidación constante y de violencia estructural, incluso de agresiones tras los atentados palestinos de octubre. “No vimos el sol… nos privaron de comida, no había colchón ni nada. Mucha de nuestra ropa fue tirada a la basura”, recoge la agencia Ansa.
De acuerdo con organizaciones defensoras de los derechos humanos, más de 750.000 palestinos han pasado por las cárceles israelíes desde que Israel capturó Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental durante la Guerra de los Seis Días en 1967. Actualmente hay 7.200 palestinos en cárceles israelíes, según Qadura Fares, director del Club de Prisioneros Palestinos. Tan sólo desde el 7 de octubre ha habido unas 2.000 detenciones.
Una gran cantidad de los prisioneros palestinos recién liberados nunca fueron juzgados. Según recuerdan diferentes organizaciones de Derechos Humanos israelíes y palestinas, el Estado judío emplea sin reparos y con asiduidad, tanto en Jerusalén como en la Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza, la llamada “detención administrativa”.
Según la organización israelí B’tselem, esta figura legal consiste en “el encarcelamiento sin juicio ni cargos, alegando que una persona planea cometer un delito en el futuro. No tiene límite de tiempo y no se divulgan las pruebas en las que se basa”, ni a los propios detenidos ni a sus abogados.
La mayoría de los presos palestinos que fueron liberados son menores de edad. Foto: Tomada de Getty Images
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El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica.
Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.
Eduardo Galeano, Periodista y escritor uruguayo
Los genocidas van a la raíz. No quieren que queden huellas ni futuro. Para los sionistas no basta con masacrar a la población adulta; hay que matar a los niños. Cada diez minutos uno es asesinado en la feroz ofensiva militar contra Gaza.
No es algo nuevo. En abril de 1948, la cúpula sionistas comenzó a trazar con mayor claridad su política hacia la población que quedara en los pueblos que ocuparon durante la limpieza étnica. Una de sus directrices claras era matar o enviar a un campo de prisioneros, a discreción del comandante en el lugar, a los «hombres en edad de combatir». La orden define claramente lo que se entiende por hombres: cualquier persona mayor de diez años.
El infanticidio gradual se sustituye a veces por una matanza más intensa de niños. Durante la Primera Intifada, según la asociación de médicos israelíes y palestinos por los derechos humanos, cada dos semanas un niño menor de seis años recibió un disparo en la cabeza por parte del ejército israelí.
Durante la Segunda Intifada, 600 niños palestinos fueron asesinados. Cinco mil niños resultaron heridos.
Aún sin la matanza de Gaza, ya a mediados de año, Save the Children denunciaba que 2023 es el año con más niños palestinos muertos a manos de la ocupación israelí en Cisjordania.
Más de 5300 niños han muerto en 48 días de bombardeos israelíes contra la población de Gaza. “Hoy, la Franja de Gaza vuelve a ser el lugar más peligroso del mundo para ser niño. Tras siete días de tregua de una violencia espantosa, se han reanudado los combates. Seguramente morirán más niños como consecuencia de