José Manuel Cedeño, el bravo general de los ejércitos de El Libertador Simón Bolívar y quien fuera uno de los artífices del triunfo de la batalla de Carabobo, es —según afirman varios historiadores— hijo de Bayamo, en la calle Máximo Gómez 175, donde una placa lo recuerda.
Aún no ha podido confirmarse documentalmente su nacimiento, ni en Cuba ni en Venezuela, donde se afirma que nació en Cardonal, estado de Aragua, en diciembre de 1784, y era hijo de un matrimonio de campesinos con dos hermanos, pero allí todos los registros se quemaron… igual que en Bayamo.
Sin embargo, el poeta José Joaquín Palma (1879) y el cronista Fernando Figueredo (1884), ambos miembros del Ejército Libertador, hablaron de Manuel Cedeño como un coterráneo, y más tarde José Maceo Verdecia en su libro Bayamo, apoyado en la memoria oral de la ciudad, hace alusión al reconocido patriota americano. Otros historiadores como Robert Arnaldo Paneque, José Carbonell y Mary Ruiz de Zárate coinciden en que el joven Manuel Cedeño marchó de Cuba a finales del siglo XVIII o principios del XIX hacia Haití.
Otros historiadores coinciden igualmente en que Manuel Cedeño viajó a Haití donde ayudó a la instauración de la República, en enero de1804, alistado en las tropas del líder de la Revolución Haitiana Jean-Jacques Dessalines. Luego quedó colaborando con Alexandre Petión, primer Presidente de la República de Haití, y más tarde viajó hasta la isla de Trinidad, donde se unió a Antonio José de Sucre y otros patriotas que integrarían en Venezuela el glorioso Ejército Libertador de Simón Bolívar.
En la biografía de Cedeño se afirma que ya en la década de 1810 a 1820 anduvo a caballo «codo a codo» con Bolívar, de quien fue ayudante de campo, protagonizó varias hazañas guerreras que lo llevan gradualmente al generalato, libró más de cien combates desde Araguá a Boyacá y llegó a ser gobernador y comandante de la Guayana.
Contribuyó a derrotar en Mosquitero, en octubre de 1813, al feroz caudillo José Tomás Boves, también conocido por La Bestia o El León de los Llanos, y en 1817 ejecutó la orden del Libertador de apresar a Manuel Piar, quien había sido general en jefe de los ejércitos venezolanos.
Ya con el grado de general dirigió la II División del Ejército Libertador en la batalla de Carabobo el 24 de junio de 1821 y fue uno de los artífices del triunfo. En esta batalla, donde fue derrotado el ejército español en Venezuela, Cedeño es ultimado de un balazo en la cabeza al empeñarse en rendir al batallón Primero de Valencey, último escuadrón español, cuando esta unidad se retiraba en cuadro cerrado hacia la plaza fuerte de Puerto Cabello.
En su parte de guerra de la batalla de Carabobo, firmado el 25 de junio de 1821, Bolívar se refirió al general Cedeño en los siguientes términos: «Este combatiente murió del modo heroico que merecía terminar la noble carrera del bravo de los bravos de Colombia. La República ha perdido en el general Cedeño un gran apoyo en paz o en guerra, ninguno más valiente que él, ninguno más obediente al gobierno. Yo recomiendo las cenizas de este general al Congreso Soberano para que se le tributen los honores de un triunfo solemne».
El general de los ejércitos murió en combate el 24 de junio de 1891. Por su vida ejemplar, Simón Bolívar confirió el nombre de «Cedeño» a uno de sus escuadrones de caballería de gran actuación y heroísmo en las Campañas del Sur. Desde el 16 de diciembre de 1942 sus restos reposan en el Panteón Nacional de Venezuela.
En ocasión de su aniversario de su muerte, el 24 de junio de 2001, se inauguró un busto del internacionalista cerca de su posible casa natal en Bayamo, pero tuvo que retirarse por deterioro, y en esa ciudad se difunde con orgullo su obra, proezas y lealtad a Bolívar. En Venezuela igualmente un municipio lleva su nombre, y recibe permanente homenaje en el Panteón Nacional.
Fuera finalmente de origen cubano o venezolano Cedeño fue, como hubiera querido José Martí un digno hijo de Nuestra América, por cuya definitiva independencia luchó hasta la muerte y merece el honor de todos sus pueblos.