Hablar sobre Vilma Espín Guillois con Nieves Argelia Alemañy Aguilera implica aquilatar a la combatiente revolucionaria, desde su más temprana juventud. La actual presidenta del Centro Balear, en La Habana, trabajó por más de 40 años en la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en diferentes provincias, y en los últimos 16 fungió como miembro del Secretariado Nacional en la esfera de Organización.
«Conocí a Vilma desde antes del triunfo de la Revolución, porque yo paraba durante las vacaciones en una casa de huéspedes en Santiago de Cuba, que estaba al lado de su casa, y ella tenía mucha relación con las personas de allí.
«Me impactó su sensibilidad. Creo que esa es una de las cualidades que resaltan en ella: su sensibilidad por los problemas humanos, de la niñez y, fundamentalmente, de personas afectadas.
«Después conocí su historia. Me impactó porque era una mujer muy valiente, inteligente, capaz, emprendedora».
Alemañy Aguilera hace una pausa y reflexiona sobre una de las cualidades de la heroína: «Ella era una defensora de la verdad. Jamás pudo entender que se le mintiera o que no se le dijera lo que estaba pasando».
Entre otros rasgos de su personalidad, Vilma sobresalía por su vasta cultura, pero, además –añade Alemañy–, le gustaba trabajar en equipo, por eso pudo hacer tanto; y su apoyo fundamental era el Secretariado de la FMC.
Uno de los aportes esenciales por los que se recuerda a la eterna Presidenta de la FMC es su incesante labor a favor de la mujer y sus derechos.
«Creo que nunca dejó de ser ingeniera, nunca dejó de ser investigadora, porque siempre estaba rodeándose de personas que hicieran proyectos que ayudaran al bienestar del país. En la Federación fue la artífice de la lucha por la plena igualdad de la mujer.
«Entre las primeras tareas de la Federación estuvo lograr reducir el número de analfabetas, que alcanzaran el sexto grado, el noveno, el duodécimo grado, que se hicieran técnicas. Así llegamos a ser hoy la mayoría de los técnicos y profesionales de este país.
«Ella siempre dijo que las mujeres podíamos hacer lo que nuestra inteligencia y nuestras condiciones personales y físicas nos permitieran.
«Estas luchas abrieron el camino a la plena igualdad; y hoy que las mujeres cubanas gozamos de un grupo –no los hemos conquistado todos, pero sí bastante– de posibilidades y de logros, hay que decir que en cada uno de esos avances está Vilma presente.
«Vilma creó la Comisión de Prevención Social y la Comisión de Educación Sexual, trabajó fuertemente, desde el inicio de la Revolución, en la eliminación de la prostitución heredada del capitalismo, en la atención a los menores, en la atención a las reclusas,…
«Abogó por que las leyes tuvieran clara la posición de la mujer, tanto la Constitución como el Código Penal, la Ley de la Maternidad, etc. Desde el inicio comenzó a trabajar por eliminar toda la violencia contra la mujer».
También recuerda que «Vilma conocía tres idiomas. Hablaba perfectamente el francés, el inglés y su lengua materna, y era sumamente cuidadosa al escribir. La redacción tenía que ser exacta, no podías redactar textos que dieran la posibilidad de ser interpretados de otra manera.
«A la par de todo el trabajo que desarrolló, de las diferentes tareas que emprendió a favor de la mujer desde el inicio, como fueron los círculos infantiles, Vilma nunca dejó de atender a su familia. Fue una madre ejemplar y una abuela dedicada.
Siempre buscó el espacio para darles tiempo, conversar con sus hijos, atender a sus nietos, desde siempre ella tuvo esa preocupación».
–¿Cómo la definiría?
–Yo te diría que Vilma es una mujer única, excepcional.
–¿Qué le diría a las nuevas generaciones?
–Que es necesario estudiar su vida, seguir su ejemplo y mantenerla viva a través de las acciones que realice la juventud.