En la situación que atraviesa actualmente el Sistema Eléctrico en el país influyen el impacto de la pandemia, que ha afectado a la economía nacional, y el incremento de los precios de las materias primas y los insumos en el mercado internacional, explicó el ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz, en su comparecencia en el programa televisivo Mesa Redonda, este miércoles.
Sobre todo, detalló, incide el aumento del precio del combustible, que hoy supera los 110 dólares el barril, y el hecho de que Cuba debe comprarlo en mercados lejanos, y llega a pagar hasta un 30 % más que su valor original.
Sostener el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) es costoso, afirmó. Solamente para garantizar su reparación y mantenimiento en un año se requieren 250 millones de dólares.
De los 20 bloques de generación térmica que componen las centrales termoeléctricas del país, en estos momentos solo 12 de ellos están sincronizados con el SEN, señaló Edier Guzmán Pacheco, director de Generación Térmica de la Unión Eléctrica (UNE).
Recordó que en las centrales termoeléctricas están ubicados 2 608 megawatts (MW), de los 6 499 MW de generación instalada en el país. Hay unos 2 473 MW de potencia instalada en Energás, hidroeléctricas, en motores de generación fuel, la generación móvil, eólica, fotovoltaica y bioeléctricas, y 1 418 MW instalados en motores diésel.
Actualmente –expuso– los 12 bloques sincronizados están generando 1 023 MW, a un 39 % de la potencia instalada.
Del resto de los bloques, especificó, hay cinco con averías y tres en mantenimiento.
Como «muy compleja y difícil» definió Guzmán Pacheco la situación de las termoeléctricas, en las cuales recaen otros factores como el envejecimiento de los bloques térmicos, la falta de mantenimiento y las dificultades para ejecutar los mismos, derivadas del bloqueo económico.