Recomendaciones para cubanos que quieran estudiar en Canadá

Un cubano cuenta su experiencia en Quebec

Alejandro Alfonso, graduado de Matemática en la Universidad de La Habana (2017), estaba interesado en una universidad de habla francesa; por lo que exploró las mejores opciones para hacer su doctorado en Quebec y encontró la Université Laval.

Después, indagó en los perfiles de los profesores y las áreas de investigación que más le interesaban, hasta que seleccionó a tres académicos. A cada uno le escribió un correo —en francés o inglés según el caso—, en el que se presentaba, explicaba sus intereses de estudio y adjuntaba su currículum. Dos respondieron y uno de ellos es hoy su tutor.

Su proceso de solicitud y traslado inició entre febrero y marzo de 2021 y no fue hasta diciembre de ese año que pudo viajar a Canadá. Durante ese período, mantuvo comunicación con el tutor, quien le indicó algunos pasos como la solicitud de una beca de la escuela doctoral que financia estudios durante cuatro años. También debió crearse una cuenta en la plataforma de esa escuela en Quebec para enviar la documentación requerida: currículum, tres cartas de recomendación académica, una carta de motivación, títulos y certificados; algunos con un formato específico. Todos debían estar traducidos al francés; un servicio que Alejandro solicitó en Cuba al Equipo de Servicios de Traductores e Intérpretes (ESTI).

Después de recibir la documentación, tuvo que realizar un pago (en su caso, 89.50 dólares canadienses) como parte de la postulación.

En junio de 2021 recibió el aviso de que había sido aprobado para el doctorado. Vendría entonces una de las partes más complicadas para él: tramitar la visa.

“Debes tener dos documentos esenciales para estudiar en Quebec: permiso de estudios y carta de aprobación de Quebec. Quienes vienen por trabajo o estudio durante más de seis meses deben gestionar ese último documento”, explica Alejandro Alfonso. “Para solicitarlo, se debe presentar una carta del tutor, la aprobación de la universidad y los datos personales. En dos o tres días recibes la carta en formato digital, pero debes entrar a Canadá con el documento original. A mí nunca me llegó [sin embargo, pudo viajar sin esta]”.

Alejandro cuenta que tras este proceso se debe obtener el permiso de estudio, cuya solicitud cuesta 235 dólares canadienses. “Debí recurrir a un familiar porque el pago era por tarjeta bancaria. Todo esto se demoró y no pude entrar en agosto. Entonces pedí una prórroga de inscripción a la universidad para entrar en enero”, cuenta.

La experiencia de Alejandro ilustra que es posible que ocurran retrasos de este tipo, por lo tanto quienes estén interesados en comenzar dichos trámites deben contemplar alternativas que les permitan continuar el proceso.

Algunas ventajas de estudiar en Canadá

El estudiante extranjero está autorizado a trabajar hasta 20 horas semanales en etapa de clases y a tiempo completo en sus vacaciones. La pareja —matrimonio o relación de hecho demostrado durante al menos 12 meses— e hijos dependientes menores de 22 años pueden acompañar al estudiante. La pareja puede acceder a un permiso de trabajo en cualquier lugar del país.

En cuanto a las becas, no existe una única forma de aplicación, dependerá de los requisitos y posibilidades que ofrezca cada universidad. De acuerdo con la experiencia de Alejandro, el financiamiento para sus estudios le llegó a través del grupo de investigación al cual se integró.

La Embajada de Canadá informa en su sitio web algunas becas internacionales para no canadienses que pudieran interesar a los cubanos. Entre estas figuran:

•  Emerging Leaders in the Americas Program (ELAP)
• Scholarships for non-Canadian students and postdoctoral researchers to study in Canada
• Scholarships for non-Canadian faculty members and researchers to study in Canada

El matemático cubano recomienda esta vía de superación, aunque sopesa argumentos a favor y en contra: “Me gusta la organización de la universidad, los grupos de investigación funcionan bien. Se les brinda atención a los estudiantes extranjeros y los profesores están pendientes de los cursos y los avances”, dice. “¿Desventajas?: pagar la inscripción a la universidad. Tuve que solicitar una beca de exención de interés para que me bajaran el costo. Además, el estudio está dividido en tres sesiones: otoño, invierno y verano, que tienen cargas más extensas en otoño e invierno y te hacen estudiar más apresurado”, concluye.

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