Un helicóptero de la ONU que sobrevolaba el área de Tshanzu (Rutshuru) de la República Democrática del Congo (RDC) se estrelló el 29 de marzo, lo que causó la muerte de ocho miembros de la organización a bordo de la nave.
La tripulación estaba conformada por seis soldados paquistaníes y dos militares, uno ruso y otro serbio, informa Prensa Latina, donde se detalla que la investigación en torno al esclarecimiento del hecho será realizada por expertos de la Misión de Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (Monusco) de conjunto con el Gobierno.
Asi lo dio a conocer el portavoz del secretario general del organismo multilateral, Stéphane Dujarric. Un comunicado del Ejército congolés ha apuntado hacia los rebeldes del Mouvement du 23-Mars, que opera en la provincia de Kivu Norte como los responsables del atentado.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ofreció sus condolencias por el hecho y expresó profunda preocupación por el resurgimiento de las actividades del grupo insurgente M23 en la zona fronteriza entre la República Democrática del Congo, cerca de Ruanda y Uganda, así como las consecuencias de estos ataques en la población civil. De igual manera manifestó en un comunicado su apoyo al Gobierno y al pueblo congoleños en sus esfuerzos por llevar la paz y la estabilidad a la parte oriental de ese país.