El inicio de la Liga Superior de Baloncesto (LSB), en sus ediciones femenina y masculina, será el 2 de abril, tras ser pospuesto, por problemas de aseguramiento. A pesar de las limitaciones materiales que atentan contra un mejor espectáculo, la Comisión Nacional, liderada por Dalia Henry, ha trabajado con ahínco para devolverle a la afición, luego de tres años, el torneo élite del deporte ráfaga en Cuba.
La LSB es necesaria para un verdadero desarrollo del baloncesto y mejores resultados de la selección nacional. Por más que los atletas contratados en ligas foráneas y los que regresan a la disciplina de la Federación Cubana son la base del principal quinteto, de mejor cara en los últimos eventos, sería un espejismo no diferenciar cuál es el nivel del equipo Cuba y el del baloncesto puertas adentro.
«Para avanzar hay que jugar, disputar la mayor cantidad de partidos posibles y, por todos los medios, mantener la LSB. A pesar de no tener el nivel que deseamos, sí potencia la competitividad, la disciplina que caracteriza a un torneo oficial y forma el relevo», afirmó Eduardo Moya, entrenador de la selección nacional.
A lo anterior habría que sumar el trabajo que debe emprenderse en las categorías inferiores, en las cuales se fijan los fundamentos del juego y del pensamiento técnico-táctico, para impedir errores que luego trastocan un resultado en la arena internacional.
Comenzará la LSB y, sin duda, Villa Clara, Capitalinos, Artemisa, Matanzas, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba y Guantánamo, en el sector varonil, y pinareñas, avileñas, santiagueras, guantanameras, capitalinas y espirituanas, entre las damas, se entregarán a fondo en busca del título.