Dejemos que sea un exoficial de la inteligencia de Estados Unidos, de nombre Scott Ritter, quien explique cómo se fueron insertando elementos neonazis en las estructuras militares y otras en Ucrania que, en los últimos años, a partir de 2014, han fomentado la situación actual.
Según Ritter, citado por Sputnik, todo empezó cuando EE. UU. y la Unión Europea movilizaron a un virulento y masivo grupo nacionalista procedente de la ciudad de Lviv, en Ucrania occidental. Entre ellos estaban los neonazis que alaban a Stepan Bandera y su movimiento pronazi ucraniano.
«Esta gente vino y se apoderó de Maidán, de una manera violenta derrocaron al presidente legítimo de Ucrania y luego se impusieron, por la fuerza y la violencia, en el cuerpo político ucraniano», explicó.
Scott Ritter, exoficial de inteligencia del Cuerpo de Marines de EE. UU. y exinspector de armamento de la ONU en Irak, recuerda que al batallón Azov impuso el gobierno ucraniano que los llamados Acuerdos de Minsk no se cumplieran.
«Este es el control que esta gente tiene. Hicieron lo mismo en el Ejército. O sea, tendrían que haber sido disueltos, arrestados o fusilados. En lugar de ello, el Ejército los absorbió y promocionó a sus oficiales. Así acabaron teniendo a neonazis por todas partes».
De acuerdo con Ritter, «la mayor humillación de todas es que las tropas británicas, canadienses y estadounidenses fueron a Ucrania para formarles en cuanto a tácticas militares y equipamiento de la OTAN».
Estos elementos, conocidos hoy, explican la conformación de la ideología nazi enquistada en Ucrania.
Por ello no es de extrañar que un médico, actualmente al servicio del ejército ucraniano, se jacte de afirmar «haber ordenado castrar a los soldados rusos heridos en combate» y capturados por el mando de Kiev.
«Son cucarachas, no son humanos», dijo el jefe del consejo observador de un hospital de campaña, Gennadi Druzenko, en una transmisión de la cadena Ukraina 24, según recoge este lunes la agencia de noticias rusa Sputnik, que compara al citado médico con el fascista Josef Mengele, mejor conocido como el Ángel de la muerte.
En otro ejemplo de las prácticas del Tercer Reich aplicadas en Ucrania, el presentador de esa nación Fahrudin Sharafmal hizo un llamamiento a degollar a todos los niños rusos, precisa el citado sitio digital.
De igual forma, asegura que el jefe de servicios fronterizos de Ucrania, Serguei Deineko, prometió hacer todo para asesinar a las esposas, los hijos, padres, hermanos y hermanas de los militares rusos.
Concluye la información de este lunes señalando que los neonazis ucranianos organizaron un terror despiadado en los barrios de Mariúpol que aún controlan, donde asesinan a diario entre 80 y 235 ciudadanos, según denunció el jefe del Centro Nacional de Gestión de Defensa de Rusia, Mijail Mizintsev.
Matiza toda esta realidad, otra información, también de este lunes, donde se precisa que la Unión Europea asignará mil millones de euros extra a Ucrania, para adquirir armas, según comunicó la titular de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock.
Preguntémonos entonces, ¿a qué y a quiénes está financiando Occidente en la nación ucraniana?