La nueva forma de retribución del dinero obtenido por la exportación de carbón vegetal, el uso de mecanismos financieros que facilitan la comercialización, y la posibilidad de tomar decisiones sin el excesivo tutelaje de la entidad superior, han dado a la Empresa Agroforestal Holguín nuevas posibilidades de encarar los procesos productivos.
«En el segundo semestre del pasado año, tras exportar 19 contenedores con carbón a través de Alcona S.A., empresa comercializadora del Grupo Empresarial de Flora y Fauna, obtuvimos más de 110 000 dólares, de los cuales recibimos el 80 %, a partir del esquema creado por la aplicación de las medidas para desatar las trabas que afectan a la empresa estatal socialista. El otro 20 % lo aportamos a la caja central», refiere el director general de la entidad, el ingeniero forestal Arcel González Ortiz.
Con el dinero obtenido, explica, entre el mes de diciembre del pasado año y enero de este, adquirieron cerca de centenar y medio de neumáticos para la mayoría de los camiones y una parte de los carros ligeros. Asimismo, compraron baterías.
«Recientemente, los diez tractores que intervienen en la producción de carbón recibieron los 40 neumáticos necesarios para devolverles su operatividad. Eso ha permitido que en enero dispusiéramos de cuatro contenedores más de carbón, que equivalen a otras 72 toneladas listas para exportar, que son parte de las 1 232 del plan previsto para este año».
De igual forma, comenta, compraron cinco motosierras, un millar de limas, un número alto de machetes y media tonelada de electrodos para soldar: un conjunto de medios necesarios para asegurar las rudas labores que se realizan en los bosques.
También han encargado un grupo de computadoras y medios afines con el objetivo de impulsar el proceso de informatización de la empresa, que cuenta con 14 programas digitales, entre los que están los relacionados con la contratación, la parte contable financiera, las inversiones, las estadísticas y el control, en tiempo real, de combustible en tarjetas.
Con relación a este tema, asegura que no es gasto, sino inversión para el desarrollo, pues al tiempo que pone a la empresa a la par de los avances del mundo, aporta eficacia a las gestiones.
«Llevo varios años en la Forestal y es la primera vez que procedemos así. Y eso ha sido con el dinero nuestro, por supuesto, con la aprobación correspondiente del Grupo Agroforestal, pero no hemos esperado que otro compre los medios y nos los proponga. Hemos sido nosotros quienes los encargamos directamente a las tres importadoras con las que establecimos contratos.
«Por ejemplo, relata, las gomas para el camión Kraz, que transporta la madera aserrada, llegaron directamente de Rusia, a través de Transimport».
Sobre Alcona, a la que pondera por las gestiones de comercialización del carbón, lo que incluye posibles operaciones por el puerto de Moa –pueden abaratar costos por evitar largos viajes hasta las radas de Santiago de Cuba y La Habana–, dice que les facilitó, por medio del prefinanciamiento para la exportación, la compra de parte de los neumáticos de los tractores.
«Con el mismo procedimiento logramos 20 000 sacos para carbón. Los compró en divisas, nos los entregó y nosotros le pagaremos con los dividendos que se obtengan este año con las ventas del producto exportado».
Las buenas relaciones con esa empresa se aprovecharán, afirma, para incursionar en el comercio electrónico, mediante un contrato que permitirá colocar en las tiendas de la cadena Cimex artículos de carpintería, entre ellos juegos de comedor y camas, que serán ofertados en MLC.
El encadenamiento con otras entidades también le proporciona dinero fresco de forma continua. Tal es el caso del componente en divisa que le paga la Empresa de Tabaco, para la que fabrica soga de henequén, un producto que aquella importaba con mayores desembolsos que los de ahora.
Con el turismo han asumido compromisos en varios objetos de obra. En la provincia, en la parte Este, en Pinares de Mayarí, remodelan el hotel que existe allí, y en Cayo Saetía construyen un ranchón criollo; en los hoteles de Playa Pesquero, municipio de Rafael Freyre, reconstruyen parrilladas y ranchones; en el Ramón de Antilla arman sombrillas con techos de guano, igual que hacen en Cayo Santa María, en Villa Clara, donde también construyen pasarelas sobre las dunas de arena.
«Para actuar así, hay que preparar a los directivos. Tal vez haga falta un poco más de independencia, pero la que tenemos a partir de la implementación del conjunto de medidas orientadas a fortalecer la Empresa Estatal Socialista, no la estamos aprovechando bien. Si el país abre con medidas, los empresarios tenemos que abrir más la mente».