Alejandro Gil Fernández, vice primer ministro de Cuba y titular de la cartera de Economía y Planificación, afirmó este jueves que tres libras de arroz entregadas “gratis” el año pasado a través de la libreta de racionamiento, es un resultado positivo de la implementación de exclusivas tiendas estatales en moneda libremente convertible (MLC).
“El año pasado pudimos en tres momentos dar tres libras adicionales de arroz por la libreta a todo nuestro pueblo, y no se le vendió a nadie en MLC. ¿De dónde salió el dinero?”, dijo Gil en una entrevista con el vocero oficialista Randy Alonso en el programa televisivo Mesa Redonda.
“También, en determinado momento el pasado año, incrementamos la producción de pan y asignamos un nivel de harina a las empresas locales para que pudiesen incrementar su producción de dulces. ¿De dónde salió la divisa para poder hacerlo? La captamos en las tiendas MLC”, aseguró el funcionario.
Las tiendas MLC, surgidas a finales de 2019, se extendieron durante 2020 y 2021. Fueron impuestas por el régimen comunista para retener dólares y euros vendiendo los pocos productos que hay en Cuba a a través de una tarjeta magnética fuera del alcance de la mayoría de la población, pues los salarios son pagados con el devaluado peso cubano.
En otra entrevista, publicada el martes de esta semana, Alejandro Gil defendió la apertura de las tiendas en MLC como “una medida de justicia social”, sin la cual la red de comercios en moneda nacional habría colapsado.
“Aunque muchos no lo vean así, se trata de una medida de justicia social, porque nos permite la redistribución de la divisa en función del aprovisionamiento de la red comercial en pesos”, declaró el ministro a la estatal Agencia Cubana de Noticias (ACN).
También dijo que, “de no haber existido las tiendas en moneda libremente convertible, la situación económica del país sería más compleja aún, y también mucho menos las ventas en pesos de bienes y servicios a la población, dado el alto desabastecimiento de la red comercial”.
Según Gil, la apertura de estos establecimientos tuvo como objetivo “evitar la salida del país de la divisa por personas naturales, entonces abastecedoras del mercado interno, captarla y utilizarla en función del desarrollo de la industria nacional y para mantener un nivel estable de ofertas en pesos; pero nadie calculó que una epidemia complejizaría aún más la situación”.