El juego inaugural de la 61 Serie Nacional inició con la fiesta del béisbol siendo protagonista, pues la segunda base matancero, Anibal Medina, hizo volar la esférica por encima de la barda del Mártires de Barbados ante el primer envío del abridor Cesar García.
«Me fijé en los lanzamientos de su abridor desde el calentamiento e intuí que vendría a marcar desde el primer momento con su recta, por eso traté de hacer un buen swing y felizmente salió el jonrón», aseguró Medina
Tras una movida primera entrada, con dos carreras para cada equipo, tanto García, como su rival, Noelvis Entenza, recuperaron la forma, y caminaron la ruta hasta la cuarta entrada sin recibir más castigo, así como, los jugadores de posición “entraron en calor” y los nervios del debut dejaron de hacer estragos en la defensa.
Contradictoriamente, la ventaja alcanzada por los Alazanes en la parte baja del quinto, marcó un punto de inflexión en su contra, pues el zurdo Naykel Cruz sustituyó a Entenza y no permitió libertades, colgando ceros en la pizarra hasta el final del juego.
«Trabajé mezclando los lanzamientos rápidos con el cambio de velocidad, y utilicé la curva en momentos puntuales, pues Granma es un equipo de cuidado a la ofensiva, pero pude ponerme siempre delante en el conteo y eso me favoreció», declaró Cruz, quien permitió un solo hit en cuatro y dos tercios, con tres ponches y ningún boleto.
De la remontada se encargaron Erisbel Arruebarruena, con el hit que trajo el empate y su segunda impulsada del encuentro, y Eduardo Blanco, con un largo batazo de cuatro esquinas en el sexto capítulo.
«La rivalidad entre Matanzas y Granma produjo un atractivo juego inaugural para la Serie, y el público en las gradas era algo que añorábamos todos, que hacía falta, por eso le dije a los muchachos que había que darlo todo en el duelo de hoy, la gente estaba ávida de béisbol», afirmó Armando Ferrer, director de los Cocodrilos.