El aumento de los casos de coronavirus en Cuba, luego de meses de una disminución sostenida que siguió en el tiempo al peor rebrote de la enfermedad en la isla, es asociado a la llegada de la variante Ómicron y el arribo de turistas y viajeros internacionales.
Para intentar frenar la nueva alza epidémica, el régimen dispuso nuevas medidas sanitarias que entraron en vigor el 5 de enero.
Como parte de esas medidas se mantiene la exigencia de presentar en el punto de entrada un esquema de vacunación completo y un resultado negativo de un PCR-RT realizado como máximo 72 horas antes del viaje para los viajeros de Sudáfrica, Lesoto, Botswana, Zimbabue, Mozambique, Namibia, Malawi y Eswatini.
Estos tienen que pasar, además, una cuarentena obligatoria por ocho días en un hotel destinado al efecto, asumiendo el propio viajero los costos. Al séptimo día se hace una toma de muestra que, de resultar negativa, permite el alta de la cuarentena al octavo día.
Para los viajeros del resto del mundo, sean o no residentes en Cuba, es obligatorio presentar en el punto de entrada un esquema de vacunación completo y mostrar el resultado negativo de un PCR-RT realizado como máximo 72 horas antes del viaje.
Los cubanos residentes en el país que no tengan esquema de vacunación están obligados para entrar a territorio nacional a realizarse en el punto de entrada una toma de muestra PCR y a cumplir una cuarentena obligatoria de ocho días en un hotel destinado al efecto, asumiendo el propio viajero los costos.