Tenemos muchas cosas que aprender tras esta victoria. Lo primero es que no debemos dejarnos llevar por los instintos más bajos de la condición humana: la rabia, el insulto, la violencia; o por esos atavismos sociales que aún lastran nuestro proyecto emancipador: el machismo, la misoginia, la homofobia, el racismo. Si es menester enfrentar al enemigo, hagámoslo sin que nos manche ni una gota de oprobio. Seamos siempre mejores que nuestros oponentes.