La Habana, 12 nov (ACN) Un ligero atraso en las siembras de hortalizas durante el primer mes de la campaña de invierno 2021-2022, puso a correr a los agricultores para rebajar, entre octubre y noviembre, las mil 600 hectáreas que quedaron sin plantar en septiembre.
Tres factores afectaron durante ese calendario las acciones de la campaña, la más productiva del año en Cuba, dijo a la Agencia Cubana de Noticias el ingeniero Juan Carlos Anzardo, jefe del departamento de cultivos protegidos y hortalizas del Grupo Agrícola.
El primero está relacionado con las conocidas limitaciones en las entregas de combustible a la base productiva y las lluvias, que redujeron la marcha de la preparación y el alistamiento de los suelos para lograr las siembras en el tiempo previsto, dijo.
Se perdieron semilleros por la incidencia de las lluvias, excesos de humedad y el ataque de plagas (mosca blanca, thrips y hongos) y también faltaron materia orgánica y fertilizantes químicos para las plantaciones de col de repollo, col china, remolacha, zanahoria y berenjena, los cultivos más afectados en el plan, comentó Anzardo.
Cebolla, ajo, pimiento y melón son los otros renglones que tampoco alcanzaron las cifras de siembras, y es un reto para sus productores salvar lo planificado, pues son surtidos de alta demanda en el consumo fresco, la industria y el turismo.
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El especialista resaltó los resultados de las plantaciones de tomate, que alcanzaron el 108 %, un producto de gran interés no solo para los cultivadores que reciben buenos dividendos por la cosecha, sino porque es un renglón con alta presencia en el procesamiento industrial, que garantiza su presencia durante el año.
Los agricultores lograron sobre cumplir además, las cifras pactadas para otras hortalizas que, aunque tienen menos interés para la alimentación de los cubanos, como la berenjena, habichuela, quimbombó, lechuga, cebollinos y acelgas, sí poseen interés por su contribución a la salud y la nutrición.
Por las bajas temperaturas, las variaciones que se ocurren entre el día y la noche, la humedad y la reducción de las horas de luz, los meses de invierno reportan las mejores cosechas a la agricultura cubana, por ello se tensan los eslabones de la cadena productiva para sembrar más áreas, aunque con el hándicap de la escasez de recursos que impone el recrudecido bloqueo de Estados Unidos.