El gobierno de Cuba ahogó antes de comenzar la que sería la primera y una de las más importantes giras del pianista Gonzalo Rubalcaba. Impidieron que acompañara en un tour mundial al mítico trompetista de Estados Unidos, Dizzy Gillespie, quien había solicitado al régimen de Fidel Castro un permiso de salida para el joven talento.
“Así es, me lo ocultaron. No me contaron absolutamente nada, que era lo que habría correspondido al tratarse de mi vida y de mi futuro”, afirmó en una entrevista reciente con el diario español ABC.
“El Estado castrista se tomó la libertad de responder por mí, sin consultarme, y le dijeron que no podía porque estaba estudiando”, lamentó Rubalcaba, quien es considerado un prodigio desde temprana edad.
El artista ganador de cuatro Grammy, añadió que no quiere “que este percance se tome como algo excepcional por tratarse de mí, porque ha sido la forma habitual de actuar del Gobierno cubano”. Hasta el año 2012, los residentes en la isla no podían viajar libremente al extranjero, sino que necesitaban un documento oficial que los autorizara, además del pasaporte.
En 1984 Gillespie viajó a La Habana. En el cabaret Parisien descubrió a Rubalcaba y su grupo Proyecto. El legendario jazzista quedó prendado del virtuosismo del joven de 20 años, a quien invitó a tocar juntos en el festival cubano que lo llevó a la isla.