La policía francesa detuvo esta semana a la jugadora de fútbol del club PSG, Aminata Diallo, debido a su presunta conexión con una violenta agresión contra su compañera Kheira Hamraui, de 31 años.
Las autoridades parisinas creen que Diallo contrató a dos matones para agredir a Hamraui y así evitar que le quitara la titularidad en el PSG. Los hechos ocurrieron el pasado 4 de noviembre cuando Diallo, Hamraoui y otra compañera volvían en un mismo vehículo de una fiesta organizada por el club.
En el momento en el que Hamraui salía del coche frente a su casa, dos encapuchados la golpearon durante varios minutos con una barra metálica en las piernas. La víctima recibió varios puntos de sutura y por supuesto no pudo jugar el siguiente partido en la Champions League. Un lugar que asumía Diallo, la sospechosa de armar toda esta encerrona.
La hipótesis de que Diallo, de 26 años, estuviera involucrada toma mayor fuerza por el hecho de que los dos atacantes no tuvieron intención de robar en ningún momento, solo el de lastimar a Hamraui. Tampoco las otras dos jugadoras del PSG fueron atacadas.
Desde el club dijeron en un comunicado que colaboran con la Policía Judicial de la Fiscalía de Versalles, que se ocupa del caso y que han tomado “todas las disposiciones necesarias” para garantizar la seguridad de sus jugadoras. Además de que “condenan los hechos”.
Las dos jugadoras se medían en la misma posición dentro del campo y eran muy cercanas, pues a juzgar por las redes sociales compartieron varios viajes juntas de vacaciones como a Tanzania, Zanzíbar y Dubai.
Este caso recuerda enormemente, a la espera de conocer más detalles, al suceso que conmocionó el mundo del deporte en los años 90 entre las patinadoras de Estados Unidos, Tonya Harding y Nancy Kerrigan.