Cuba, que en la presente edición de Tokio-2020 aspira a repetir un puesto entre las primeras 20 naciones, ha tenido una destacada actuación en los Juegos Paralímpicos. Hasta hoy acumula 39 medallas de oro, 19 de plata y 27 de bronce, que suman un total de 85 premios.
Ese botín la ubica en el puesto 35 del medallero histórico de estas citas, pero esa posición, de por sí ya destacada, no ha transcurrido durante las 18 ediciones convocadas, desde Roma-1960. La Mayor de las Antillas se estrenó en Barcelona-1992, por lo cual su cosecha la recogió en solo siete de esas siembras.
Es el paratletismo el deporte que más preseas le ha aportado al archipiélago, con 32 coronas de las 39 alcanzadas, 17 subtítulos y 18 terceros puestos. El judo atesora seis diademas doradas y siete de bronce, mientras la natación completa la vitrina, con un pergamino áureo, dos plateados e igual cantidad de bronceados.
Una simple operación matemática arrojaría un promedio de poco más de cinco preseas de primer lugar por edición, aunque en las últimas dos presentaciones (2012 y 2016), el resultado fue superior, con nueve y ocho, respectivamente. En la presente emulación tokiota, siete parece un número de victorias alcanzable.
Dos mujeres son las líderes de esas proezas, ambas con cinco reinados paralímpicos en las pistas. Yunidis Castillo conquistó dos triunfos en Beijing-2008, en cien y 200 metros, en categoría T46, para luego sumar otros tres en Londres-2012 en esas mismas distancias, más los 400 metros. Omara Durand, quien sí está en Tokio, ganó también el hectómetro y los 200 en la lid londinense, lo cual repitió en Río de Janeiro-2016, agregándole la victoria en la vuelta al óvalo.
En la capital japonesa, Durand, que pasó de T12 a T13 al agudizarse su debilidad visual, buscará otras tres consagraciones en las mismas pruebas que ganó hace cinco años. A ella la tendremos sobre la pista de la capital japonesa los días 30 de agosto y 1, 2, 3 y 4 de septiembre, y, entonces, Cuba correrá a su lado.