Gracias por estar aquí con Carlos (Lazo) y con nosotros. Gracias también a Code Pink, Acere y a las otras organizaciones que montaron este acto.
La Casa Blanca nos está enviando el mensaje de que la Revolución cubana está destruida. Que se acerca el final y que Cuba pronto tendrá un gobierno parecido al que tiene Miami.
Les tengo noticias. Miami y Washington han hecho predicciones del fin de la Revolución desde el 1ro de enero de 1959, y la Revolución sigue en pie.
Claro que hay problemas en la Isla. Ahora hay una escasez de alimentos y de medicinas. También hubo apagones durante estos meses calientes del verano. Los cubanos están tratando de evitar contagiarse de la Covid que le ha dado la vuelta al mundo y el país ha tenido que cerrarle las fronteras a los turistas para proteger su población. El resultado ha sido una escasez de divisas y por eso hay una escasez de alimentos y de medicinas.
La mayoría de los cubanos saben que el regimen de Trump ha convertido la pandemia en arma de guerra contra Cuba. Por eso los Estados Unidos apretaron las tuercas del bloqueo con 243 sanciones nuevas durante los últimos cuatro años. A pesar del bloqueo y de la situación económica del país, unos científicos cubanos brillantes produjeron dos vacunas contra la covid: Soberana y Abdala. Hay otras en desarrollo. El único país en América Latina que produjo su propia vacuna.
Aquí en Washington se habla del “big lie”, la gran mentira, en relación con la propaganda trumpista sobre los resultados de la elección presidencial de noviembre del año pasado. Un corresponsal de Reuters comentó con ironía recientemente que ahora Joe Biden está regando la gran mentira de que Cuba es un país fallido para apaciguar a los cubanos de Miami (y eso que tenemos atrás de nosotros gritándonos e insultándonos), quienes se han tragado la gran mentira de que Biden no es el presidente legítimo de los Estados Unidos.
Es ilegal e inmoral utilizar el hambre y las enfermedades como armas de política exterior. Presidente Biden, usted dice ser diferente y más humano que Trump. Sin embargo, ha mantenido las 243 sanciones que Trump le impuso a Cuba para apretarle las tuercas al bloqueo. Usted, presidente Biden, parece ser un Trump-lite y no el vice-presidente que fue.
Biden, usted no puede y no debe entregarle el timonel de la política exterior de su país a los politiqueros mayamenses. Usted, Señor Presidente, es el presidente de los Estados Unidos. No Marco Rubio. No María Elvira Salazar. No el pinche senador de New Jersey con sus escándalos y esqueletos en un closet. Usted ganó la Casa Blanca. Ellos no.
José Pertierra durante el acto en Parque Lafayette, señala en dirección a la Casa Blanca. (Facebook/ Puentes de Amor)
Ojalá que no esté escuchando al alcalde de Miami, a sus seguidores y a esos gritones que tengo detrás de mí gritando “Intervención, Intervención, Intervención”. Que no le haga caso a los que le piden que bombardee a nuestras familias en Cuba. Si un hay círculo más en el infierno de Dante está reservado para los cubanoestadounidenses que le piden una intervención militar al gobierno de Estados Unidos para masacrar a sus familiares en Cuba.
Si usted cree que la Revolución se cae con unas cuantas bombas, entonces no conoce a Cuba.
El bloqueo, sus sanciones y las amenazas de intervención militar, incluso un bombardeo aéreo no lograrán que el pueblo de Cuba se rebele. Servirán solamente para unir al pueblo contra el país que está tratando de asfixiarlo.
Presidente Biden: si, como nos has dicho, usted está defendiendo al pueblo de Cuba, quite su rodilla de nuestros cuellos. Deje que Cuba respire. Deje que Cuba viva. Let Cuba Live.
Y si usted lanza un ataque militar masivo que mate a los 12 millones de cubanos en la isla, entonces escuchará los versos de nuestro poeta Bonifacio Byrne quien el 5 de mayo de 1899 dijo:
Si deshecha en menudos pedazos
llega a ser mi bandera algún día…
¡nuestros muertos, alzando los brazos,
la sabrán defender todavía…!
¡Que Viva Cuba, coño!
El pueblo cubano ha sufrido por 62 años sanciones por parte del gobierno de EE.UU.
Es momento de eliminar estas medidas que limitan el desarrollo de Cuba