El representante cubano en la división de más de 80 kilogramos en el taekwondo Rafael Alba logró la primera medalla para Cuba en los Juegos de la XXXII Olimpiada Tokio 2020.
El santiaguero luchó todo lo que pudo, aunque en honor a la verdad su falta de combatividad en los primeros minutos de la pelea inicial lo privaron de lograr el máximo objetivo, colgarse el oro en la cita bajo los cinco aros.
El antillano supo reponerse del inesperado revés y luego pasó por encima de los rivales de turno con triunfos en la repesca por 8-2 ante Seydou Gbane, de Costa de Marfil, y de 5-4 frente al chino Yongyi Sun para acceder al podio.
El peleador santiaguero era una de las posibilidades más reales de Cuba, pero el deporte es una caja de sorpresas y no solo él fue sorprendido, también el sub campeón olímpico nigeriano quedó fuera del reparto de medallas. Al intercambiar con los medios comentó.
Alba: Estoy muy feliz
“En estos momentos estoy muy feliz, luego de la terrible derrota que tuve en la primera presentación y no es la medalla de oro que el pueblo esperaba de mí, pero fue un muy merecido bronce que me tiene muy contento”, sentenció el espigado moreno de casi dos metros de estatura.
Para Rafael Alba la pelea ante el macedonio Dejan Georgievski lo puso contra la pared y le bajó los ánimos para pensar en un posible avance, por lo cual imaginó estar fuera de la competencia, pero el deporte veleidoso como es, le tendió el camino al bronce del consuelo.
Ahora entre el sabor agridulce de la derrota y el optimismo de abrir el camino para la isla, el joven de 27 años exhibe orgulloso su metal bronceado. Con esta actuación la mayor de las Antillas caribeñas marca la cruz en el casillero de Tokio 2020.