Una vez más, el enemigo apuesta por socavar el orden y sabotear la tranquilidad de nuestras familias, en momentos en que todas y todos nos empeñamos en continuar dando esta lucha por la vida ante la compleja situación epidemiológica que vive Cuba, en la etapa de trasmisión comunitaria de la pandemia de la COVID-19 y un bloqueo económico, comercial y financiero cruelmente recrudecido.
Sin la menor muestra de escrúpulos, quienes irrumpieron en las calles, alterando el descanso dominical de las familias cubanas, han mezclado acciones disidentes, con actividades de bandidismo, violencia, robo y delitos de la peor calaña, con el único propósito de invisibilizar los esfuerzos que realiza nuestro gobierno, junto a la mayoría del pueblo, en la construcción de una sociedad cada día más justa e inclusiva.
Cuba es solidaria, comparte con la mayoría de los países; salva vidas, investiga y llega a grandes resultados: primer país de América Latina y el Caribe, con una vacuna, contra la COVID-19, Abdala; además de cuatro candidatos vacunales, y un protocolo de atención para su pueblo. Los resultados están ahí, y nos lo quieren escamotear.
Pero de las verdades no hablan: de la emancipación de la mujer, la educación gratuita para todas las personas sin distinción, el desarrollo de habilidades sociales, étnicas, artísticas… Del compartir lo que tenemos y no lo que nos sobra.
Y entonces, una vez más, sentimos que nuestra Cuba, esa pequeña e inmensa, se crece cada día para alcanzar sus metas y compartir ante el Caribe que nos une, la América grande de Bolívar con el mundo: inteligencia, capacidad y humanismo.
Desde la sabiduría, desde la emoción, desde la responsabilidad y el compromiso de las cubanas, ratificamos que defendemos la Revolución, porque es el proyecto social, que nos ha traído hasta aquí, inclusivo y emancipatorio, del cual somos parte y hacedoras, por nuestros hijos e hijas, por las mujeres valientes que nos antecedieron en nuestras luchas, porque esta Revolución se hizo por los humildes y para los humildes.
Las más de 4 millones de federadas, no estamos dispuestas a entregar la libertad, que se ganó peleando como gigantes.
Defendamos este proyecto de vida y paz, pues, aunque perfectible, la Revolución, no abandona a su pueblo en los momentos más difíciles, estos tiempos de pandemia han sido un ejemplo, caminemos junto a ella, pensando en nuestro presente y proyectando el futuro, que nunca nos falte el respeto y amor por la vida. Defendamos, los derechos que disfrutamos las cubanas y cubanos. ¡Preservemos la independencia y la soberanía de la Patria!
En la Cuba de nuestro Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República Miguel Díaz Canel y su equipo de trabajo; en la Cuba eterna de Fidel, Raúl y Vilma, seamos consecuentes con el legado de los héroes y heroínas, que no dejaron morir al Apóstol en el Año de su Centenario, ¡Nuestro Moncada es Hoy!
