Cuba ha sido el primer país latinoamericano en utilizar vacunas producidas a nivel nacional contra el Covid-19. Más de 1,7 millones de cubanos han recibido al menos una dosis de las vacunas Abdala y Soberana.
Ambos fármacos están en la fase final de ensayos clínicos -la que determina la eficacia de la potencial vacuna-, pero todavía no cuentan con el registro farmacológico ni la autorización de uso de emergencia de la autoridad reguladora de la isla. Las autoridades esperan obtenerla este mes de junio.
Además, científicos cubanos aspiran a comenzar en este mes de junio, los ensayos clínicos en niños, según anunciaron en una conferencia de prensa.
Médicos consultados por Radio y Televisión Martí presentaron opiniones opuestas sobre la decisión de Cuba de inocular a su población con vacunas que aún no han recibido la autorización necesaria para su uso de emergencia.
“Si bien es cierto que la pandemia ha generado una unos altos costos económicos y de salud al mundo, en general, el tratamiento con una vacuna a nivel poblacional debe hacerse con mucho cuidado, muy lento y debemos tener la evidencia científica sobre eficacia antes de administrarla en la población”, declaró el doctor Antonio Trujillo, profesor asociado de Salud Internacional en la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, en entrevista con Radio y Televisión Martí.
Asimismo, opinó que es un “riesgo que no sobrepasa los posibles beneficios, en particular si ya hay vacunas que han probado su eficacia y que están disponibles en el mercado global”, a través de distintos mecanismos como Covax, y que se podría evitar ese riesgo.
Cuba no integra el Mecanismo Covax, de la Organización Mundial de la Salud, creado para que los países de ingresos medios y bajos accedan a las vacunas.
Sobre la experiencia de Cuba en el desarrollo de vacunas, el Doctor Trujillo opinó que “si bien es cierto que la experiencia en regulación y aprobación de vacunas es importante, no es menos importante estar seguros en experimentos clínicos que la vacuna es eficaz”.
Por su parte, su colega en la misma institución, el Dr. Arturo Casadevall, que preside el Departamento de Microbiología Molecular e Inmunología, tiene confianza en las vacunas cubanas.
“Afortunadamente, es relativamente fácil fabricar anticuerpos contra este virus y los grupos de vacunas cubanos han tenido una gran experiencia y éxito en pocas décadas, por lo que sé, que tengo una gran confianza en que saben lo que están haciendo y que probablemente decidieron que estas vacunas son seguras y efectivas”, dijo el Doctor Casadevall en entrevista con Radio y Televisión Martí.
El experto explicó que las vacunas que están usando se basan en proteínas que son parte del virus y opinó que “por lo tanto, según lo que sabemos, son relativamente seguras”.
Recientemente, la Organización Panamericana de la Salud dijo en un correo electrónico a Radio y Televisión Martí que cada país tiene la “decisión soberana” de tomar decisiones sobre la vacunación de sus ciudadanos.
Sin embargo, el subdirector de la OPS, Jarbas Barbosa, enfatizó en una entrevista con BBC que la organización no recomienda utilizar en la población vacunas que no han sido certificadas y que no han concluido sus fases de estudio.