Aunque la pandemia impone códigos de celebración virtual a la jornada del 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, para Sancti Spíritus no pasa de largo una fecha que siempre obliga a repasar la agenda de trabajo dirigida a sostener el trecho ganado en materia de protección del entorno, pero con el énfasis principal en las acciones que favorezcan mitigar el impacto de los problemas ambientales y recuperar la biodiversidad.
Desde una prioridad que nace a nivel de país y se expresa en políticas y programas que entrelazan al medio ambiente con la dinámica socioeconómica actual y futura, en la provincia espirituana rigen medidas en función del desarrollo sostenible que buscan la compatibilidad productiva y de servicios en armonía con los ecosistemas para contrarrestar la contaminación, degradación de los suelos y amenazas derivadas del cambio climático.
Néstor Álvarez, subdelegado de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) en la provincia, identificó a Escambray las problemáticas medioambientales que más impactan en el territorio; entre ellas figuran como las de mayor interés, dada su relación directa con la seguridad alimentaria, el cambio climático y la salud ambiental y humana, las afectaciones en el suelo, la baja cobertura boscosa y la contaminación hídrica y atmosférica.
Si bien el suelo sigue siendo el principal problema medioambiental en Sancti Spíritus, el subdelegado significó que a través de labores de manejo sostenible de tierra y el uso de abonos orgánicos para buscar el mejoramiento y la conservación, del 2016 al 2020 se han beneficiado en la provincia 17 766 hectáreas de superficie agrícola, una acción que redunda en la mejoría de la fertilidad de los suelos productivos, pero que es un resultado aún distante del potencial de terreno cultivable en el territorio.
A pesar de que Sancti Spíritus ha elevado el índice de boscosidad al 20.3 por ciento —años atrás rondaba el 17 por ciento—, trasciende también la deuda que mantiene la provincia en esa determinante vertiente medioambiental, donde, según la fuente, el techo de cobertura boscosa del territorio se estima en un 30 por ciento; en las fajas de los ríos y embalses se ubican los escenarios más apremiantes, destacó.
Subrayó Néstor Álvarez que hoy el énfasis del trabajo gira alrededor de la Tarea Vida como prioridad de país, programa que concibe en el territorio como paso cumbre el reasentamiento de las dos comunidades costeras del sur, mientras la otra prioridad descansa en el uso intensivo y armónico de la biodiversidad en función de incrementar los alimentos para humanos y animales”.
Aunque falta camino por recorrer en defensa de la naturaleza, el Citma en Sancti Spíritus sigue de cerca la recuperación del manglar, ecosistema natural e imprescindible; también la actualización de los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgo a tono con los más recientes fenómenos meteorológicos que han impactado al territorio; la contaminación atmosférica, la regulación ambiental vigente y lo relacionado con la calidad del agua y la higiene comunal.
