Las cifras, por momentos, pueden hacer creer que la balanza de la COVID-19 en la provincia se inclina a la mejoría. Es solo un espejismo; los pronósticos, por el contrario, vaticinan incrementos y las jornadas se tambalean entre subidas y bajadas que desdicen el control de la pandemia hasta ahora.
Y es cierto que pudiésemos apuntar a favor que los 194 confirmados desde el domingo y hasta este viernes representan números de menos si los comparamos con la explosión de tiempos anteriores; pero la realidad es que la meseta en la que andamos, al decir de los expertos, va teniendo cuestas preocupantes.
Aunque la mayoría de los diagnosticados en este lapso son autóctonos, en esta semana se han vuelto a incrementar los casos importados: nueve — todos viajeros procedentes de Rusia— y las personas sin fuente de infección determinada, uno de los talones de Aquiles de la transmisión aquí, suman 21.
En la espiral de la COVID-19 la capital provincial y Trinidad siguen constituyendo los territorios que puntean las cifras de enfermos; pero la dispersión de la enfermedad evidencia que otros municipios también se incorporan a las complejidades epidemiológicas como son los casos de Jatibonico y Taguasco. Mas, la regla del nuevo coronavirus en la provincia en este rebrote ha sido, acaso, el contagio en todos los lugares.
Se muestra, además, en la tasa de incidencia de casos confirmados en la última quincena que ha vuelto a colocarse por encima de 100 con 109.33 y 506 pacientes contagiados en ese lapso. Y redundan los indicadores más desfavorables en los municipios con mayor complejidad, por supuesto: Jatibonico, 192.85; Sancti Spíritus, 153.78; Trinidad, 142.39 y Taguasco, 87.52.
Y como si no bastara para agravar el panorama epidemiológico de la provincia, durante esta semana se han abierto dos nuevos eventos de transmisión: uno institucional en la Universidad de Ciencias Médicas y otro comunitario en el Edificio 26 de Juan González, ambos en la cabecera provincial. Tales sucesos se suman a los dos eventos institucionales existentes: el del Hospital Psiquiátrico Provincial y el del Hogar de Ancianos Provincial.
Pero todo no ha sido infortunio. Si algún saldo favorable ha dejado la semana es que hasta este viernes más del 80 por ciento de los trabajadores de la Salud incluidos en el estudio de intervención en grupos de riesgo con el candidato vacunal anti COVID-19 Abdala ya han recibido la primera dosis del producto.
Además, como parte de la extensión de tal estudio también se les ha administrado dicho candidato vacunal a más de un millar de trabajadores bancarios, así como de las cadenas de tiendas Caribe y Cimex en la provincia.
Es, tal vez, la antesala de la inmunización que acontecerá a mediano plazo en toda la isla. Mas, se ha reiterado hasta el cansancio: hasta hoy no existe mayor garantía de inmunidad que la responsabilidad individual y colectiva. Solo así podremos vencer a una enfermedad que, por ahora, parece la pandemia de nunca acabar.