Un respiro –no confiable– de la pandemia generada por el nuevo coronavirus ha permitido que, otra vez, los aficionados a ese apasionante deporte accedan a los estadios, en cantidad prudencialmente lógica, mientras sigue avanzando “a todo spai” en Cuba la Serie Nacional de Béisbol.
Entre el público, vuelven a llamar mi atención los niños y niñas… esos que después, en parques, plazas, áreas abiertas y otros espacios de la ciudad empuñan bates, “chocan” la bola, corren, se deslizan, fildean y se realizan física y espiritualmente, con las gradas de la imaginación repletas de fantasías y de la más real seguridad para sus sueños.
Aquí, algunas de las mil maneras en que también el lente de usted puede encontrarlos en pleno estadio.