MIAMI, Estados Unidos.- El 1ro de julio de 1940 se firmó en Guáimaro, provincia de Camagüey, la Constitución de 1940, un documento democrático y avanzado para su época, que garantizaba con plenitud los derechos humanos y civiles de todos los ciudadanos cubanos.
El documento, luego de ser firmado un día como hoy hace 82 años, fue remitido para su publicación en la Gaceta Oficial el 8 de julio de ese año, y entró en vigor el 10 de octubre de 1940.
La Constitución es el texto de mayor jerarquía jurídica y política de un Estado, responde a imperativos del presente, apunta al futuro inmediato, y formaliza la relación del ciudadano con el Estado y con los fundamentos de la legalidad, y el documento del 40 fue exactamente eso.
“La soberanía reside en el pueblo y de este emanan todos los poderes públicos”, reconocía el Artículo 2 de aquella Carta Magna, que reflejaba el desarrollo social alcanzado y la correlación de las fuerzas políticas en Cuba.
Por su parte, en su Artículo 20, la Constitución de 1940 establecía: “Todos los cubanos son iguales ante la Ley. La república no reconoce fueros y privilegios”.
La ley suprema de la República de Cuba, que fue abolida años más tarde con Fidel Castro en el poder, fue debatida, redactada y aprobada con plena participación de todas las corrientes políticas del país. Fue el resultado del consenso dentro del marco del pluralismo social y político, establecía las obligaciones, y reconocía y garantizaba los derechos ciudadanos.
La Carta Magna cubana de 1940 estuvo estructurada en 19 títulos y 286 artículos, en los que se retomó la división de los poderes públicos y los derechos reconocidos en la de 1901.
En el 40 se declaró a la República estado independiente y soberano, organizado unitario y democráticamente para el disfrute de la libertad, la justicia social, el bienestar individual y la solidaridad humana, así constaba en la Constitución.
Se adoptó un régimen semiparlamentario donde el presidente debía gobernar a través de un gabinete presidido por un primer ministro, y se conservó la reelección presidencial, pero solo después de ocho años fuera del Gobierno.
La Constitución incluyó el derecho de las mujeres al voto, el derecho a desfilar y formar organizaciones políticas contrarias al gobierno, la autonomía de la Universidad, la declaración de punible a todo acto de prohibición o limitación del ciudadano a participar en la vida política de la nación, el reconocimiento de la legitimidad de oponer resistencia para la protección de los derechos individuales.
Por su parte, refrendó la existencia y legitimidad de la propiedad privada; la proscripción del latifundio; los salarios mínimos, la jornada semanal de ocho horas, el pago de 48 horas por 44 trabajadas, el descanso retribuido de un mes por cada 11 de trabajo, protección a la maternidad obrera, con pago de seis semanas antes y después del parto; el derecho de los trabajadores a la huelga y el de los patrones al paro obligatoriedad de distribuir las oportunidades de trabajo sin distingo de raza o color, la creación de las comisiones de conciliación con representación paritaria de obreros y patronos para someter los problemas derivados de las relaciones entre el capital y el trabajo; y dedicó 13 artículos al tema educacional y cultural.
La Constitución de 1940 de Cuba fue precursora de la proyección social que los grandes países europeos impartieron a sus constituciones después de la Segunda Guerra Mundial.
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