La meta no era fomentar las Pymes (pequeñas y medianas empresas) en la Isla, que forman parte de la concepción del modelo de desarrollo del socialismo cubano. En el plan de Saladrigas estas solo constituyen un punto de partida, y del resto se encargarían los programas de intercambio y formación de liderazgo que toman como paradigmas a Friedrich A. Hayek y Milton Friedman —marco teórico de la mayoría de los estudios de economía en Estados Unidos. La aspiración es abrir las compuertas de la conciencia cubana a la doctrina neoliberal —inclemente adversaria de las Pymes.