El proyecto del nuevo Código de las Familias contiene diversas garantías que lo hacen un texto avanzado e inclusivo, pero sin lugar a dudas la ley que hasta el mes de abril analiza la población cubana enfatiza en varios de sus artículos en la defensa de una niñez plena y feliz.
Entre las novedades del documento, que actualiza el aprobado en 1975, está que se elimina la autorización de matrimonio excepcional para adolescentes entre 16 y 18 años, a partir de valoraciones de especialistas y estudios efectuados en el país que han ratificado los efectos en los más jóvenes de contraer matrimonios a temprana edad.
Otros criterios evaluados para incluir en la última versión de la normativa llevada a consulta popular refieren que los matrimonios entre personas de 16 años determinan los embarazos precoces, los cuales pueden traer consecuencias negativas para el desarrollo de los menores, principalmente de las niñas.
Por ejemplo, las hembras entre 14 y 18 años se casan con hombres mayores, de quienes dependen desde el punto de vista económico y por lo tanto muchas deciden abandonar los estudios y quedan embarazadas, lo cual impide luego el avance normal de los proyectos de vida.
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Opiniones de juristas y entendidos en asuntos de familias coinciden en que lo anterior influye directamente en la preparación y las posibilidades de superación técnica o profesional que se ven limitadas ante la responsabilidad que implica concebir y criar a un bebé.
También en el matrimonio, muchas veces sin conocimiento real de las implicaciones y obligaciones que este abarca por parte de los menores de edad, las adolescentes específicamente poseen menos oportunidades de acceder a un trabajo o ubicación laboral.
Está demostrado que en la etapa de la adolescencia no se está preparado ni física ni espiritualmente para asumir un embarazo y enfrentar los desafíos de la crianza de un bebé ni un matrimonio, de ahí que corresponda a los padres y familiares cercanos conducir a los chicos y favorecerles actividades que aporten a la educación y desarrollo futuro.
La prohibición del matrimonio a menores de 18 años refuerza a su vez la responsabilidad parental refrendada de igual modo por la nueva ley, y la protección y enseñanzas que deben brindar los progenitores a sus hijos antes de llegar a la juventud.
El proyecto del Código de las Familias cubanas refleja igualmente el compromiso del país antillano de favorecer el goce pleno de los derechos de la infancia, ratificado tras la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño, un tratado internacional de la Organización de Naciones Unidas adoptado en 1989 y que Cuba suscribió en 1991.
Las etapas de la vida son para aprovecharlas y hacer lo que corresponde según la edad que se tenga, prepararse, aprender, adquirir experiencia, y muy importante, escuchar los consejos de quienes han vivido más.
Sobran razones entonces para apoyar en la actual consulta popular el mencionado acápite que protege a las niñas y adolescentes al suprimir la autorización de matrimonio excepcional antes de la edad requerida, pues constituye una reafirmación de la defensa de los derechos de este grupo etario en la sociedad cubana.