La Habana, 20 feb.- La restauración de un torreón del siglo XVII, que sirvió de puesto de mando de los ingleses durante la toma de La Habana, en 1762, es un primer paso para el rescate del habanero poblado costero de Cojímar, sitio frecuentado durante su estancia en Cuba por el escritor estadounidense Ernest Hemingway (1899- 1961).
Concluida su construcción en 1649, tuvo desde sus inicios usos militares y pasó a la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHC) con la perspectiva de rescatarlo y convertirlo en museo, como ya sucedió con el Castillo de los Tres Reyes del Morro, la fortaleza San Carlos de la Cabaña y, más recientemente, el Castillo Santo Domingo de Atarés.
Elvis García, delegado de la OHC en La Habana del Este, indicó que el bastión tiene grado de protección uno y forma parte del sistema de fortificaciones declaradas Patrimonio de la Humanidad junto al Centro Histórico de La Habana, en 1982, por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
“Pasó a la Oficina del Historiador desde 2013 y fue una de las tareas que dejó pendiente Eusebio Leal, (1942-2020) para que un día se pudiera restaurar, por su importancia”, dijo García, al frente de las obras de restauración del torreón y el área histórica de Cojímar.
Un torreón con mucha historia
Según el investigador histórico Marcos Rodríguez, desde finales del siglo XVI e inicios del XVII, las autoridades coloniales españolas se preocupaban por la ensenada de Cojímar pues la consideraban “propicia para el desembarco de los enemigos de España”, por lo que representaba un peligro para la ciudad.
En 1762, se produjo el ataque de la poderosa flota inglesa, durante el cual los cañones de los torreones de Bacuranao y Cojímar no pudieron hacerles frente, debido a su deterioro.
Tomada La Habana durante 11 meses, dijo Rodríguez, los ingleses establecieron su puesto de mando en el torreón de Cojímar y, desde ahí, dirigieron sus actividades hasta su retirada, tras canjear con la corona española La Habana por la Florida.
Poner manos a la obra
Según el investigador, el estado de la construcción “es delicado. Pasó por varias etapas, perteneció a diferentes instituciones, entonces le agregaron locales y paredes con bloques. Estamos consolidando la conservación, demoliendo y retirando los agregados que no forman parte de lo original, así como labores de arqueología y conservación de la fachada”.
También comentó que “entre los hallazgos arqueológicos, se encuentran lo que sería en el pasado la tarima -un depósito donde los soldados ponían sus pertenencias-, el polvorín, tres garitas y el aljibe, todo con un deterioro muy avanzado lamentablemente, porque nunca el torreón ha tenido una restauración capital como la de ahora”.
Los daños en la cubierta llevaron a la decisión de retirarla y sustituirla, “por eso hablamos de una obra muy compleja, por el volumen de acciones a ejecutar”.
No solo el paso del tiempo y la falta de atención dañaron al torreón. Un rayo, de las tormentas que acompañaron el tornado de enero de 2019, impactó una de las garitas ocasionando un gran deterioro, ya restañado, con la participación de la escuela taller Gaspar Melchor de Jovellanos y de su aula Eusebio Leal.
“Tenemos que pensar en lo que va a suceder en la zona costera, porque el mar no lo podemos frenar y lo que se vaya a trabajar con la Empresa de Obras Marítimas tiene que ser sostenible y sustentable”, enfatizó el delegado.
El torreón, futuro museo
De acuerdo con García, el bastión se convertirá en un museo de sitio, respetando todas las indicaciones de la Unesco, “no va a tener área de servicio, solamente de exposición”.
El proyecto comprende varias salas: una sobre la historia del torreón, la sala del sitio, otra dedicada a la toma de La Habana por los ingleses, y una última enfocada en la historia de Cojímar, en sus diferentes épocas.
La inversión, agregó, comprende áreas socioeconómicas, para servicios, una comercial y la sede del equipo técnico al frente del proyecto Cojímar Histórica.
“Existe un megaproyecto: queremos rescatar Cojímar Histórica, ese sería el sueño mayor. Está diseñado por etapas, en esta primera, se restaurarán el torreón y el malecón tradicional, con sus parques urbanos”, detalló.
Además, comentó que cuando haya ingresos se irán “reinvirtiendo en la restauración”.
En el poblado costero, con anterioridad muy frecuentado por turistas, permanece hoy cerrado un famoso restaurante, La Terraza de Cojímar, otrora frecuentado por Hemingway, así como por artistas y personalidades de la cultura cubana e internacional.
De acuerdo con García, a pesar del estado actual, en Cojímar, “hay un sentido de pertenencia, tienen amor por el terruño, además de reconocer lo que se está haciendo, porque esto trasciende más allá de la construcción más antigua del municipio, aquí empieza la vida”. (2022)