Con las casi tres cuartas partes del orbe cubiertas de agua, bien podría llamarse “Océano” el planeta y no “Tierra”, al pensar de alguien. Pero así lo nombraron los antepasados, cuando aún embarcación alguna había transitado sobre el mar.
Importante fuente de alimento, abundan sobre el mar inquietantes historias y también leyendas de la existencia de sirenas salvadoras de náufragos, terribles monstruos, barcos errantes y sobre la muerte misma, que transmitidas de generación en generación, han llegado hasta nuestros días y quizás ello sea motivo del temor de algunos a esa inmensidad de azul intenso.
Fábulas aparte, imprimiendo belleza al paisaje, en Cuba, abundan hermosas playas de blancas arenas que enamoran y constituyen una perenne invitación, a adentrarse en sus aguas para atenuar el calor de su eterno verano.